Scoto. Una lección de historia y teología - Alfa y Omega

Scoto. Una lección de historia y teología

Después del entusiasmo que despertó la película Prefiero el Paraíso, sobre san Felipe Neri, en todos los que la vieron, llega a las pantallas una semblanza del Beato Duns Scoto. Aunque su estilo audiovisual es muy diferente de la primera película, no deja de ser un acontecimiento que, en el mismo mes, se estrenen dos hagiografías cinematográficas sobre santos no precisamente actuales

Juan Orellana
Un momento del rodaje de 'Scoto'
Un momento del rodaje de Scoto.

Scoto, de Fernando Muraca, se vio por primera vez en España durante las sesiones de cine de la Jornada Mundial de la Juventud. Antes había participado en el Festival de cine católico Mirabile dictu, realizado en el Vaticano, donde obtuvo premios. El director había estudiado Historia del Cine en la Universidad de la Sapienza, de Roma. Trabajó en muchos proyectos de la compañía Lux vide, la mejor productora de miniseries de televisión de biopics de santos y hombres de Iglesia, tanto siendo guionista como siendo editor de story boards. En el año 2000, con el cortometraje Te llevo dentro, comenzó su actividad como director de cine obteniendo numerosos premios. En 2002, dirigió la serie de televisión para jóvenes Back in time. Y, en 2004, dirige su primer largo: En el Corazón del Mundo. Tras otras películas —largos y cortos—, Fernando Muraca recibe, en 2010, un encargo de los Franciscanos de la Inmaculada: hacer una película sobre algunos aspectos de la vida de Duns Escoto. Fray Alfonso Maria Angelo Bruno se convierte en productor, y el proyecto se pone en marcha con un guión del propio Muraca.

Pero el proyecto tiene su origen en 2008, cuando se celebraban los 700 años de la muerte del Beato, y los alumnos del STIMS (Studio Teologico Immacolata Mediatrice) instaron a los franciscanos a hacer una película sobre Scoto. Una serie de casualidades o designios de la Providencia, entre los que está el encuentro decisivo con el cineasta Muraca, desembocan en la puesta en marcha del film, algo insólito en la joven historia de esos religiosos. Insólito pero lógico, ya que los Franciscanos de la Inmaculada, seguidores de san Maximiliano Kolbe, promueven el apostolado en el mundo de los medios audiovisuales. Muraca quedó desarmado al ver la radicalidad con la que estos franciscanos vivían su carisma, y fue incapaz de decirles que no. Ellos le dieron un montón de libros, y el abrumado director se puso de corazón a la tarea.

Un fotograma de la película.

La primera dificultad estaba en la escasa documentación biográfica que hay sobre Scoto. Hay mucha producción teológica, pero pobres biografías. Así que el guión se centra en el debate teológico más importante que protagonizó el Beato: la defensa de la inmaculada concepción de María. Una vez terminada su escritura, Muraca entrega el guión, los franciscanos lo estudian detenidamente y, finalmente, le espetan: «Fantástico, ahora a rodarla. ¿Cuánto cuesta?» Muraca se conmueve. Sabe que el film cuesta medio millón de euros, pero los ve pobres, descalzos, dedicados a los más necesitados, y… no se atreve a decirles la verdad: «80.000 euros». Los franciscanos se deprimen, Muraca se siente liberado. Se acabó la pesadilla. Pasa un tiempo y Muraca recibe una llamada de Fray Alfonso: «Señor director, ya hemos conseguido el dinero. ¿Cuándo empezamos?» Muraca cree morir. Pero es un buen cristiano y piensa que la Providencia también le sacará del apuro, y comienza a reclutar un equipo técnico de gente que normalmente cobra mucho, pero que decide hacer esta obra gratis, por una buena causa. Muraca reconoce que esta experiencia le ha hecho convertirse de nuevo, redescubrir el significado de la esperanza.

Adriano Braidotti fue el elegido para el papel de Duns Scotto. Este actor es ya muy conocido por los espectadores españoles de Prefiero el Paraíso, ya que en esa cinta encarna al personaje de Alejandro, tan importante en el film.

La película nos cuenta los episodios de la vida de Scoto ocurridos entre 1303 y 1305, años duros y conflictivos en los que el Beato rechazó firmar un decreto del rey de Francia contra el Papa y en los que tuvo lugar la disputa teológica con los dominicos sobre la inmaculada concepción de la Virgen María, aun a riesgo de ser excomulgado. En 1993, Juan Pablo II le reconoció como Beato.

Cinematográficamente es una cinta modesta, como no podía ser de otro modo, pero muy aseada, muy mimada. Su puesta en escena esencial no da la espalda al cuidado estético, a la esmerada fotografía, al encuadre bien pensado. Ciertamente no es un film lleno de acción o peripecias, y el peso está en unos diálogos que requieren del espectador un mínimo de formación cultural. Pero precisamente por eso, este film puede ser un vehículo de formación e información histórica sobre la Edad Media muy eficaz. Eso sí, los jóvenes necesitarán de un buen cicerone que los acompañe y los guíe. Y haberlos, haylos.

Scoto
Director:

Fernando Muraca

País:

Italia

Año:

2011

Género:

Drama

Público:

Todos los públicos

Cartel de 'Scoto'