Sant'Egidio construye en Madrid «un hogar para ancianos y sin techo»
La archidiócesis de Madrid cede a la Comunidad de Sant’Egidio un edificio para construir una Casa de la Cultura y la Solidaridad que atenderá a ancianos y personas sin hogar o con dificultades. «Será un signo del mundo del futuro, en el que haya relaciones humanas de calidad y calidez», afirma su responsable en Madrid
La Comunidad de Sant’Egidio de Madrid está dando ya el último impulso a una nueva iniciativa, la Casa de la Cultura y Solidaridad de Sant’Egidio, en la que «van a ser miles las personas que se van a ver beneficiadas», afirma su responsable en la capital, Tíscar Espigares.
Se trata de un edificio de cuatro plantas cedido por la archidiócesis de Madrid y que actualmente está a la espera de un último empujón financiero para su conclusión. La misma Tíscar explica su uso futuro: «Aquí vamos a poder habilitar un comedor para nuestros amigos de la calle; tendremos una planta con aulas para dar clases de español a inmigrantes y para acoger las actividades de nuestra Escuela de la Paz para niños; tendremos una casa hogar para ancianos como la que ya existe en Barcelona, que son los que más sufren el virus de la soledad y del abandono; y también habrá una planta dedicada al alojamiento de emergencia para casos urgentes».
La reforma del edificio comenzó a principios de este año y se espera que concluya ya en 2021, «más pronto que tarde», apostilla Espigares.
«Para nosotros es un regalo, una respuesta a tantas personas que conocemos que están en dificultad», añade. Es un sueño cumplido «porque nosotros no queremos un centro o una sede, sino una casa que tenga sabor a familia y a hogar, donde los que lo necesiten sean acogidos como hermanos».
Y se llama Casa de Cultura y Solidaridad «porque queremos que sea un espacio para educar en una cultura de la solidaridad, tanto a jóvenes como a mayores, algo que cada vez hace más falta en nuestra sociedad».
El edificio comprende un total de 1.500 metros cuadrados y su finalización depende de un último esfuerzo de financiación que Sant’Egidio traslada «a todos quienes quieran convertirse en padrinos y madrinas a través de una aportación regular que nos permitirá terminar las obras y abrir las puertas de esta casa para hacer realidad el sueño de una ciudad más humana y acogedora, en un momento en que tanto se necesita».
Para Tíscar Espigares, se trata de «un signo del mundo del futuro, en el que haya relaciones humanas de calidad y calidez, un mundo de familia». La casa es asimismo «un gesto profético por parte de los cristianos, para mostrar que se pueden hacer las cosas de otra manera, incluso en tiempos de pandemia».