Santa Sede: «El Camino Sinodal en Alemania no tiene potestad» para cambiar la doctrina

La Santa Sede recuerda que el camino sinodal alemán «no tiene potestad» para cambiar la doctrina

Tomar decisiones unilaterales sobre organización de las diócesis o sobre las enseñanzas de la Iglesia sería «una amenaza a la unidad de la Iglesia», afirma una declaración que invita a que sus propuestas converjan en el sínodo sobre la sinodalidad

Redacción
Camino Sinodal en Alemania
Un sacerdote bendice a una pareja de homosexuales durante la campaña Love Wins en Geldern, el 6 de mayo de 2021. Foto: CNS

La Santa Sede ha afirmado este jueves que «el camino sinodal en Alemania no tiene potestad para obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevos modos de gobierno y nuevas aproximaciones a la doctrina y la moral». En una declaración, se explica que este pronunciamiento público se hace con la intención de «proteger la libertad del pueblo de Dios y el ejercicio del ministerio episcopal».

Así, «no sería lícito iniciar nuevas estructuras oficiales o doctrinas en las diócesis, antes de un acuerdo» a nivel de la Iglesia universal. Hacerlo «representaría una herida a la comunión eclesial y una amenaza a la unidad de la Iglesia».

Por ello, la Santa Sede «espera que las propuestas del camino de las iglesias particulares en Alemania converjan en el camino sinodal que está recorriendo la Iglesia universal, para un mutuo enriquecimiento y testimonio de aquella unidad con la que el cuerpo de la Iglesia manifiesta su fidelidad a Cristo el Señor».

La declaración cita la carta del Papa Francisco al pueblo de Dios que peregrina en Alemania, de junio de 2019. En ella, afirma que «la Iglesia universal vive en y de las iglesias particulares, así como las iglesias particulares viven y florecen en y de la Iglesia universal». Cuando se separan del conjunto del cuerpo, «se debilitan, marchitan y mueren. De ahí la necesidad de mantener siempre viva y efectiva la comunión con todo el cuerpo de la Iglesia».

Ordenación de mujeres y homosexualidad

Desde diciembre de 2019, los 230 miembros de la Asamblea Sinodal de Alemania (divididos a partes iguales entre obispos y miembros laicos del Comité Central de los Católicos Alemanes) han venido elaborando y votando a favor de borradores que piden la ordenación sacerdotal de mujeres, bendiciones a parejas homosexuales y cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre actos homosexuales, entre otras cuestiones polémicas. Con estos cambios se pretende hacer frente al escándalo causado por los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.

Además, desde algunos sectores se ha promovido la llamada Declaración de Frankfurt. Con el apoyo de 16.000 firmas, este texto exige a los obispos que se comprometan a implementar las resoluciones finales. Entre los firmantes se encuentra Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y del camino sinodal.

Esta exigencia es un «truco perezoso», que constituye de hecho un «golpe de Estado», afirmó el mes pasado el cardenal Walter Kasper. Según informó la versión alemana de la agencia CNA, Kasper participó el 19 de junio en un encuentro virtual organizado por la iniciativa Nuevo Comienzo, un movimiento de reforma crítico con el rumbo tomado por el camino sinodal.

Allí, recordó que entre febrero y abril la Conferencia Episcopal Polaca, la Conferencia Episcopal Nórdica y 100 cardenales y obispos de todo el mundo se habían dirigido a la Iglesia en Alemania para mostrar su preocupación por los cambios radicales que esta asamblea parecía dispuesta a exigir. Esas preocupaciones, afirmó el cardenal, «se repetirán y repetirán y, si no les prestamos atención, romperán el cuello del camino sinodal».

Propuesta del Papa: evangelización

Kasper advirtió además de que la Iglesia no es algo que puede ser «remodelado y remodelado para adaptarse a la situación». En su opinión, el «pecado original» de este proceso fue que no se basó en la carta del Papa Francisco con su propuesta para este proceso. En junio de 2019, el Santo Padre alentó a los católicos alemanes a centrarse en la evangelización frente a una «creciente erosión y decaimiento de la fe».

Según datos presentados el 27 de junio y recogidos por EFE, en 2021 casi 360.000 personas abandonaron la Iglesia católica en Alemania; una cifra récord que supera el máximo hasta ahora, los 273.000 de 2019. Entonces, Bätzing se mostró «conmocionado». Veía en ese dato un signo de la «profunda crisis» que vive la Iglesia, que empujaba a que la abandonaran no solo personas alejadas, sino otras que hasta ahora estaban «muy implicadas».

Según su interpretación, el abandono de católicos significa que el proceso de renovación «no ha llegado todavía al contacto con los creyentes». Aunque esa explicación no daba razón de por qué el fenómeno incluso se ha agravado desde el inicio del camino sinodal.