Santa María de Siones, la joya románica de Valle de Mena - Alfa y Omega

Santa María de Siones, la joya románica de Valle de Mena

Perteneciente a la diócesis de Santander, pero situada en la provincia de Burgos, Santa María de Siones es un tesoro del románico castellano que ofrece en su rica decoración desde leyendas germánicas hasta la lucha entre David y Goliat

Cristina Sánchez Aguilar
La arquitectura, cuyo origen se cree que data de finales del siglo XII, pertenece a las órdenes militares. Foto: Ángel M. Felicísimo

«El templo de Santa María de Siones se encuentra situado en la parte más poética y sugestiva del pintoresco [y burgalés] Valle de Mena; el efecto que el templo, reducido y de tosco aspecto, produce en medio de la grandiosidad de las altísimas montañas que rodean el valle, es deliciosamente encantador». Así arrancaba Abelardo Quintanar, el escritor encargado de repasar los monumentos españoles en la revista La Esfera en 1916, su descripción de esta joya de la diócesis de Santander en tierra burgalesa. El «culto y erudito» jesuita Félix López del Vallado había realizado un exhaustivo estudio de este templo románico, ubicado en las Merindades –muy cerca de la localidad de Vilasana de Mena y a las faldas de la sierra de la Magdalena– y atravesado por la calzada romana que unía Herrera de Pisuerga con el mar en Castro Urdiales, vía que en algún momento favoreció el paso del Camino jacobeo. Esta publicación de inicio de siglo dedicaba varias páginas a los hallazgos del religioso y a recordar a los nacionales que «la gran masa de público no tiene la menor noticia de este templo», que definía como más importante que otros archiconocidos santuarios. Por lo que era «ineludible obligación dar referencia de esta iglesuca de apariencia mezquina pero que en valor artístico, monumental y arqueológico puede figurar entre las primeras».

Así lo atestigua más de un siglo después el sacerdote Javier Moreno, uno de los mayores conocedores en la actualidad de este templo, del que no se tienen datos de origen porque los archivos de la abadía de San Salvador de Oña se quemaron en el 1350. Hay autores que indican que la población de Siones pertenecía a dicha abadía, pero no hay datos fehacientes de ello. Otro de los motivos de la escasa información sobre este emblemático lugar podría ser el incendio en la casa del señor San Pelayo en 1909, donde estaban guardados los documentos originales de los edificios de Valle de Mena. También varios archivos diocesanos de Burgos desparecieron en otro incendio en 1812. «Lo que tenemos claro es que la arquitectura pertenece a las órdenes militares; quizá a los templarios o a los sanjuanistas u hospitalarios», explica Moreno. Estos últimos llenaban los caminos de Santiago al abrigo de doña Urraca, que los quiso fortalecer militarmente. La datación de Santa María, según diversos estudios, podría encontrarse en el último tercio del siglo XII y la edificación cuenta con «claras influencias europeas de la época». La primera referencia concreta que hay del templo aparece en las Bienandanzas e fortunas, de mediados del siglo XIV, donde se cita que Lope García de Salazar adquirió el monasterio de Siones tras casarse con doña Toda del Vallejo. «Según este documento, el templo formaba parte de un complejo abacial administrado por la familia nobiliaria de los Salazar en calidad de patronos laicos», explica el folleto para las visitas turísticas a Valle de Mena (valledemena.es).

Declarada Monumento Nacional en 1931 y actualmente templo parroquial de la zona, tiene como rasgos más característicos «su planta y capillas laterales o edículos, que son de estilo bizantino», sostiene Moreno. A esto hay que añadir «columnas románicas con influencia alemana, tres arcos de estilo mozárabe, arquerías pregóticas de estilo francés y dos leyendas representadas de estilo franco-germánico, el cantar de Roldán y Percival contra el dragón». En los capiteles, añade el sacerdote, «que se encuentran a la altura de los ojos, todo está contenido: el Antiguo y el Nuevo Testamento, de tal forma que el catecúmeno que pide la fe recorre toda la iglesia y termina ante un pantocrátor, el Cristo de la Verdad». Como curiosidad, hay un capitel que contiene un cáliz. «Se cuentan con los dedos de la mano capiteles con grial». En los relieves de la galería inferior del hemiciclo destacan la representación del episodio del pecado original de Adán y Eva, y la lucha de un personaje a pie armado con una onda contra un caballero, escena que podría tratarse de una aproximación al conflicto entre David y Goliat.

Destacan asimismo dos frontales. Uno con Cristo Maestro, «con un una Biblia en la mano, y a su lado un personaje extraño que tiene cuerpo de ave y garras y cabeza humana. Alrededor, un tetramorfos». En el otro frontal aparece la imagen de una mujer «que tira de los pelos a alguien y encima un pájaro. La gente dice que es santa Juliana, porque se la representa venciendo al demonio», pero el estudio del sacerdote se inclina más por otra explicación que nos pide no desvelar –de momento–.

Santa María de Siones tiene dos portadas de acceso, siendo la principal la fachada occidental configurada con cinco arquivoltas de medio punto que descansan sobre cuatro pares de columnas, rematadas con capiteles vegetales decorados a base de ramas de la que penden frutos; en este caso piñas. Unas teorías aseguran que son representaciones del árbol de la Vida; otras que aluden al episodio evangélico de la vid y los sarmientos.