Rovira, custodio de la capilla del Camp Nou: «Algún jugador entraba y se quedaba rezando» - Alfa y Omega

Rovira, custodio de la capilla del Camp Nou: «Algún jugador entraba y se quedaba rezando»

En las entrañas del Camp Nou, en el túnel de vestuarios, hay una pequeña capilla dedicada a la Virgen de Montserrat. Joan Rovira es su custodio desde 1960. «Estoy trabajando para que pongan más luz»

José Calderero de Aldecoa

La existencia de capellanes en los equipos de fútbol es más o menos habitual y conocida. No lo es tanto la presencia de capillas en los estadios y, sin embargo, algunos de los más importantes cuentan con una. Es el caso del Fútbol Club Barcelona, que tiene un pequeño oratorio, todavía en funcionamiento, dedicado a la Virgen de Montserrat.

Está situado en el túnel que baja hacia el campo, en uno de los descansillos de las escaleras que conectan el vestuario de los jugadores con el terreno de juego, por lo que es paso obligado para los jugadores. «Años atrás, cuando no existía La Masia y los jugadores se entrenaban el Camp Nou, alguno se metía en la capilla y se quedaba rezando un rato. Ahora, lo más que hacen es pasar por delante y alguno se persigna», revela Joan Rovira, que es el custodio de este espacio religioso desde hace años, durante una conversación con Alfa y Omega.

Joan Rovira en la capilla del Camp Nou. Foto: Catalunya Religió / Vicente Rodríguez.

De todas formas, Rovira tiene un plan para atraer una mayor atención de los jugadores. «Estoy trabajando para que pongan más luz, para que esté mejor iluminada». Con ello, «espero captar la atención de alguno y que pueda detenerse a rezar al menos unos instantes».

Origen del templo

Precisamente, la iluminación fue uno de los factores clave para que la capilla no cayera en el olvido. Nos remontamos a 1957, cuando se inauguró el Camp Nou. Entre los actos previstos, había una Misa y una procesión con una imagen de la Moreneta –encargada a Montserrat– alrededor del terreno de juego. También se encargó una piedra del macizo de Montserrat para que hiciera de peana de la talla. Y ambas se dejaron en el cuarto que hacía las veces de capilla y allí se quedaron.

Nadie se volvería a preocupar por aquel espacio hasta que dos socios de la Peña Solera «tuvieron un accidente del que salieron con vida tras encomendarse a la Virgen y, en agradecimiento, compraron varios candelabros para que luciera más la capilla en todos los aspectos», rememora Joan.

A partir de entonces, la Peña, después de acometer unas obras de acondicionamiento, se comprometió a cuidar aquel espacio y así Joan Rovira se terminó convirtiendo en el custodio de la capilla del Camp Nou, labor que ahora desarrolla como miembro de la Agrupació de Jugadors del FC Barcelona.

Lejos queda ya «la visita de san Juan Pablo II» al oratorio, «la capilla ardiente del exjugador Josep Samitier» –la única que ha tenido lugar allí– o la Misa que se celebraba en ella al comienzo de cada temporada, pero «todavía hoy cada mes de noviembre se celebra una Eucaristía por los miembros de la Agrupació fallecidos durante el año», concluye Joan Rovira, que tiene 86 años.