La Compañía de las Obras ofrece una cena para 1.000 amigos - Alfa y Omega

La Compañía de las Obras ofrece una cena para 1.000 amigos

La iniciativa Te invito a cenar, promovida por distintas asociaciones pertenecientes a la Compañía de las Obras, se celebró en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid y en ella participaron chefs de la talla de César Ruiz Madroño, responsable del restaurante José Luis; Iván González, de Al porto Loungue; José Luis Inarejos Ruiz, del Grupo Dingo; o Charo Val, de La Alacena del Gourmet

Redacción

Refugiados, personas sin hogar, madres solteras, familias sin recursos, enfermos, toxicómanos y voluntarios se dieron cita este domingo para compartir una cena de Navidad preparada por 40 chefs para 1.000 personas. «Cuando invitas a un amigo muy querido a tu casa, le quieres dar lo mejor», explica Pablo Llano, director de CESAL y uno de los organizadores de Te invito a cenar.

«Nosotros queremos agradecerles la amistad que tenemos con ellos. Conocemos sus necesidades y los dramas que tienen. Pero al final te das cuenta de que necesitan lo mismo que nosotros para levantarse: amistad. Eso nos hace iguales», añade Llano.

La iniciativa, promovida por distintas asociaciones pertenecientes a la Compañía de las Obras, se celebró en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid y en ella participaron chefs de la talla de César Ruiz Madroño, responsable del restaurante José Luis; Iván González, de Al porto Loungue; José Luis Inarejos Ruiz, del Grupo Dingo; o Charo Val, de La Alacena del Gourmet.

«Son fechas muy malas para todos ellos», lo que hace más significativo si cabe el gesto de los cocineros. «Lo hacemos siempre el domingo anterior a la Navidad porque es el día que libran por la noche, cuando más disponibilidad tienen», explica el director de CESAL.

Coctel, cena, magia…

La velada comenzó en el hall de entrada, «donde se les dio la bienvenida y se trató de que se sintieran acogidos». Posteriormente, los comensales subieron al espacio reservado para la cena. Allí «se puso un vídeo de presentación y se sucedieron diferentes sorpresas encima de un escenario, como la aparición de Toño Casado, responsable del musical 33, que un año más nos acompañó con varios de los músicos del espectáculo». También se hizo una función de magia, que fue pasando por las mesas y que a los niños les llenó la cara de ilusión.

Al final, «terminamos bailando villancicos y hubo una rifa de cestas de Navidad y jamones». Antes, los camareros amenizaron la celebración con una coreografía y «hubo un momento de agradecimiento de todos los cocineros con las autoridades».

La velada resultó ser «muy cálida, muy bonita y muy navideña», concluye Llano, al tiempo que destaca «cómo los invitados perciben que es un momento pensado para que sean los protagonistas, para que se sientan acogidos».