«Que el Señor nos ayude a superar ese pasado oscuro» - Alfa y Omega

«Que el Señor nos ayude a superar ese pasado oscuro»

Francisco se despide de Canadá encontrándose con ancianos y jóvenes. A estos últimos les invita a no «vivir tirando» «rehenes de un teléfono»

Redacción
Foto: Vatican Media.

La última cita de la peregrinación penitencial del Papa Francisco en Canadá fue Iqaluit, la capital del territorio de Nunavut, hogar del pueblo Inuit. Como había hecho en sus etapas anteriores en el país, el Pontífice quiso escuchar de primera mano el relato de los supervivientes y familiares de aquellos que sufrieron las escuelas residenciales canadienses. Mantuvo un encuentro en privado con un grupo de ex alumnos en la escuela Nakasuk Elementary.

El Papa con supervivientes Iqaluit de las escuelas residenciales.

Después, en el patio del centro habló para los jóvenes y ancianos que lo esperaban. Las danzas y la música propia de este pueblo originario abrieron el encuentro con el Pontífice quien comenzó su discurso, de nuevo, pidiendo perdón por las injusticias y los abusos que sufrieron los miembros de esta comunidad a manos de muchos católicos. También dio las gracias a los supervivientes que le explicaron lo padecido en esos centros y reiteró su deseo de caminar juntos: «Queridos amigos, estamos aquí con la voluntad de recorrer juntos un camino de sanación y de reconciliación que, con el auxilio del Creador, nos ayude a dar luz sobre lo sucedido y a superar ese pasado oscuro».

El Papa elogió la relación de los pueblos nativos con la tierra que habitan, pero, sobre todo, el cuidado que prestan a los ancianos en cada comunidad. Dirigió entonces un especial mensaje a los jóvenes para que vivan una vida digna de la herencia que recibieron de sus padres para crear un futuro mejor: «No basta vivir de rentas, es necesario volver a ganarse lo que se ha recibido como don. Por tanto, no temas escuchar una y otra vez los consejos de los más ancianos, abrazar tu historia para escribir páginas nuevas, apasionarte, tomar posición frente a los hechos y a las personas, arriesgarte». Invitó a estas nuevas generaciones «a volar alto» y no simplemente a «vivir tirando» porque tienen toda la vida por delante y el futuro en sus manos. Para alcanzar sus metas, Francisco les recomendó trabajar en equipo, «no podéis pasar las jornadas aislados, rehenes de un teléfono». Y les recordó que Dios cree en «sus talentos: «Lo advertirás cuando rezando mires al cielo y, sobre todo, cuando alces la mirada al Crucificado. Entenderás que Jesús desde la cruz no te señala con el dedo, sino que te abraza y te anima, porque cree en ti aun cuando tú mismo has dejado de creer en ti. Entonces, no pierdas nunca la esperanza, lucha, dalo todo y no te arrepentirás». Por último, el Papa les invitó a dejar que la luz de Cristo invada sus vidas para que ellos mismos sean luz para otros, para que puedan luchar cada día «contra la oscuridad de las falsedades».

Al concluir sus palabras, Francisco rezó con los asistentes al encuentro y les dio las gracias en su lengua nativa, el Inuktut.

Una vez más, los cantos tradicionales que le acompañaron desde el primer día de su viaje en el país sonaron en esta sencilla despedida en el aeropuerto de Iqaluit. Tras casi siete horas de vuelo, el Pontífice emprendió la vuelta a la Ciudad Eterna donde aterrizó a las 8.06 horas, concluyendo así su 37º viaje apostólico internacional. Como es habitual, antes de retirarse a descansar quiso visitar a la patrona de Roma, la Salus Populi Romani, en la basílica de Santa María la Mayor. Rezó durante unos segundos ante el icono de la Virgen con el Niño.

Francisco este sábado ante el icono de la Salus Populi Romani en Santa María la Mayor. Foto: Holyseepressoffice.

Después regresó a Casa Santa Marta no sin antes protagonizar un curioso momento que ha hecho público la basílica. El Papa bendijo una pequeña heladería móvil que se ha instalado en el patio de la basílica con motivo de la fiesta grande del templo que será el próximo 4 de agosto, aniversario de la dedicación de la Basílica y la fiesta de la Virgen de las Nieves.