El Papa vuelve a expresar en Canadá su «vergüenza y dolor» por el mal cometido contra los indígenas - Alfa y Omega

El Papa vuelve a expresar en Canadá su «vergüenza y dolor» por el mal cometido contra los indígenas

Francisco ya está en Quebec, donde se ha encontrado con las autoridades civiles, representantes indígenas y miembros del Cuerpo Diplomático

Redacción
El Papa Francisco junto a Mary Simon, la primera indígena en convertirse en gobernadora general de Canadá. Foto: CNS / Paul Haring.

El Papa ha vuelto a expresar «vergüenza y dolor» durante la tercera jornada de su viaje por Canadá por «el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas», al tiempo que ha condenado el «deplorable sistema» de los internados para este colectivo, «promovido por las autoridades gubernamentales de la época», informa Europa Press.

Francisco ha hecho estas declaraciones tras volver a subirse a un avión para poner rumbo a Quebec, donde ha tenido lugar la ceremonia de bienvenida con las autoridades del país en la residencia de la gobernadora general de Canadá. Se trata de la residencia oficial de Mary Simon, la primera indígena en ocupar este cargo en Canadá, creado hace 154 años para representar a la Reina de Inglaterra en el país norteamericano. Francisco también se ha reunido con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

En su discurso, el Pontífice ha deplorado una vez más las políticas de asimilación y desvinculación llevadas a cabo en el país, que incluían el sistema de escuelas residenciales y que dañaron a muchas familias indígenas, minusvalorando su lengua, su cultura y su visión del mundo.

Sobre ellas ha dicho claramente que «estuvieron involucradas varias instituciones católicas locales» y ha expresado «vergüenza y dolor». «Junto con los obispos de este país, renuevo mi petición de perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas», ha asegurado.

Y ha agregado: «Si la fe cristiana ha desempeñado un papel esencial en la conformación de los más altos ideales de Canadá, caracterizados por el deseo de construir un país mejor para todos sus habitantes, es necesario, admitiendo las propias faltas, comprometerse juntos a realizar aquello que sé que todos ustedes comparten: promover los derechos legítimos de los pueblos originarios y fomentar procesos de sanación y reconciliación entre ellos y los no indígenas del país».

Para el Papa, es necesario «responder adecuadamente» a los llamamientos de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, cuya labor arrancó en 2008 para documentar la historia y los impactos duraderos del sistema de escuelas residenciales en Canadá en los niños y sus familias. Entre otros aspectos, brindó a los supervivientes de escuelas residenciales la oportunidad de compartir sus experiencias en reuniones públicas y privadas celebradas en todo el país.

El Papa ha manifestado que la Santa Sede y las comunidades católicas locales «mantienen una voluntad concreta respecto a la promoción de las culturas indígenas, con caminos espirituales específicos y apropiados, que incluyan la atención a sus tradiciones culturales, sus costumbres, sus lenguas y sus procesos educativos propios, en el espíritu de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas».

«Es nuestro deseo renovar la relación entre la Iglesia y los pueblos indígenas de Canadá, una relación marcada tanto por un amor que ha dado grandes frutos como también, lamentablemente, por heridas que nos estamos esforzando en comprender y sanar», ha asegurado.

Del mismo modo, ha criticado «las colonizaciones ideológicas» que también adoptó la Iglesia católica. «Si en su momento la mentalidad colonialista se desentendió de la vida concreta de los pueblos, imponiendo modelos culturales preestablecidos, tampoco faltan hoy colonizaciones ideológicas que contrastan la realidad de la existencia y que sofocan el apego natural a los valores de los pueblos, intentando desarraigar sus tradiciones, su historia y sus vínculos religiosos», ha lamentado.

Cultura de la cancelación

En este punto, ha señalado que «es trágico cuando algunos creyentes, como ocurrió en ese período histórico, no se adecuan al Evangelio sino a las conveniencias del mundo». Para Francisco, se trata de una mentalidad que, presumiendo de haber superado «las oscuras páginas de la historia», da cabida a la así llamada «cultura de la cancelación, que juzga el pasado solo en función de ciertas categorías actuales».

«Así se implanta una moda cultural que estandariza, que vuelve todo igual, que no tolera las diferencias y se centra sólo en el momento presente, en las necesidades y los derechos de los individuos, descuidando a menudo los deberes hacia los más débiles y frágiles; los pobres, los emigrantes, los mayores, los enfermos, los no nacidos… Son ellos los olvidados por las sociedades del bienestar; son ellos los que, en la indiferencia general, son descartados como hojas secas para ser quemadas», ha denunciado.

Y ha recordado la importancia de «promover comunidades humanas que no uniformen, sino que sean realmente abiertas e inclusivas».