¿Qué le dijo su madre a León XIV cuando le preguntó por la igualdad de la mujer?
En el Jubileo de los equipos sinodales, el Papa ha compartido una simpática anécdota sobre la participación de la mujer en la Iglesia
El Papa León XIV ha aprovechado en la tarde de este viernes el Jubileo de los Equipos Sinodales para reflexionar sobre el papel de la mujer en la Iglesia desde una perspectiva personal, sencilla y profundamente humana. Durante la audiencia, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano, ha respondido a una pregunta sobre la igualdad de la mujer recordando dos experiencias vitales: una en su propia familia y otra en el Perú, donde vio de primera mano el testimonio misionero de mujeres consagradas.
«Crecí en una familia católica. Mi madre y también mi padre, ambos, estaban muy, muy activos en la parroquia», ha comenzado el Papa en su relato. «A mi madre, una vez, hace años, cuando se hablaba mucho en Estados Unidos —ya estoy hablando de los años 70— sobre la igualdad de la mujer con el hombre, le dije: “¿Pero quieres ser igual a los hombres?”». Un interrogante al que su propia madre le contestó: «No, porque ya somos mejores».

El Pontífice ha recalcado además que su madre no dio esta respuesta tan en «broma» como pudiera parecer sino con plena conciencia del valor femenino dentro de la comunidad cristiana: «Hay muchos dones que las mujeres tienen, que ya pueden ofrecer, en muchos sentidos, en la vida familiar, en la parroquia», ha añadido.
Otra historia de Perú
La segunda historia que León XIV ha narrado procede de su etapa en Perú, donde conoció a una congregación de religiosas cuyo carisma es servir allí donde no hay sacerdotes. «Tienen facultad para bautizar, actúan como testigos oficiales en los matrimonios, realizan un trabajo misionero maravilloso que realmente puede servir de testimonio incluso para muchos sacerdotes», ha explicado. A su juicio, «esto es el coraje que se necesita para anunciar el Evangelio, y son mujeres las que lo hacen».

El testimonio de León XIV encaja en la línea de fondo del Jubileo: una Iglesia sinodal, donde todos los bautizados —mujeres y hombres— caminan juntos, escuchándose y sirviendo en comunión. En el mismo encuentro, el cardenal Mario Grech ha insistido en que la sinodalidad «no es una moda», sino «una conversión relacional» que exige humildad y apertura.
«Una lección de gratitud»
Finalmente, León XIV ha invitado a mirar la misión femenina no como un tema pendiente, sino como una riqueza que ya sostiene la Iglesia. Su testimonio, según un asistente entrevistado por la prensa vaticana, ha sido «más que un discurso, una lección de gratitud».