Prudencia y esperanza por el desarrollo de la pandemia
Sin infantilizar ni coartar libertades, es oportuno apelar a cierta sobriedad y redoblar cautelas personales
La Navidad vuelve a estar marcada por la pandemia en España, al igual que ocurre en el resto de Europa y en buena parte del mundo. En las últimas semanas han crecido de manera vertiginosa los contagios por la variante ómicron en nuestro país, pero muchos casos son leves, el sistema sanitario no está tan tensionado como en otras olas y el número de fallecimientos no ha escalado al mismo ritmo que el de positivos. Y aunque algunos estudios ya apuntan a que esta contagiosa variante es menos grave que otras, la clave para que se haya producido esta desvinculación entre los contagios y los ingresos y fallecimientos parece estar en la vacunación. Toca ser prudentes y cuidadosos en estos días de tantos encuentros sociales para que la situación no empeore, pero también hay razones para la esperanza.
Como recordó el Papa Francisco en su reciente encuentro con los nuevos embajadores ante la Santa Sede, la pandemia ha mostrado con total nitidez que «somos “una comunidad global donde los problemas de una persona son los problemas de todos” (Fratelli tutti, 32)», y la comunidad internacional debe intensificar «sus esfuerzos de cooperación para que todas las personas tengan fácil acceso a las vacunas». «No se trata de una cuestión de conveniencia o convivencia, sino de justicia», aseveró.
Asimismo, conscientes de que somos «una sola familia» –en una expresión que el Pontífice usa a menudo–, cada uno ha de saberse responsable de los demás. Sin infantilizar a los ciudadanos ni coartar sus libertades con imposiciones o restricciones radicales que, además, pueden dar una estocada mortal a muchos negocios y a muchos hogares, es oportuno apelar a cierta sobriedad en una época de excesos, redoblar las cautelas personales –como la distancia o la ventilación– y estar alerta para, a la mínima señal, atajar la cadena de transmisión del virus. Cuidándose uno, cuida a los demás. Solo así acabará esto.