Profanación en Madrid: «Se han llevado al Señor y no sabemos qué harán con Él»
Sucedió en la parroquia Virgen del Mar en la madrugada del sábado al domingo. Además, sufrió un robo
La profanación del Santísimo en la parroquia Virgen del Mar, en San Blas (Madrid), después de que fuera forzada una de las ventanas en la noche del sábado, se encuentra ya en manos de la Policía, que desde un primer momento se presentó en el lugar de los hechos, inspeccionó toda la iglesia parroquial y mostró su apoyo para esclarecer quiénes son los responsables.
El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha transmitido su dolor, su oración y su condena por esta profanación a toda la comunidad parroquial y este miércoles, 28 de octubre, a las 19:30 horas celebrará un acto de desagravio en el templo, informa Infomadrid.
Fue el párroco, Enrique Abánades, quien compartió la noticia con los feligreses a través de Facebook: «Un hecho así nos llena de dolor y de tristeza, sentimos que nos han violentado entrando así en nuestra casa común».
Jesús, detallaba, «nos muestra tres cosas que podemos sentir: miedo, tristeza, rabia». «Miedo que pueda sucedernos algo más o que vuelva a pasar. Tristeza porque se han llevado al Señor y no sabemos qué harán con Él. Y rabia porque nos han dado un fuerte golpe como comunidad y como Iglesia», aseveraba el párroco.
Con todo, pedía, «dejemos que la luz de Jesús nos ilumine y nos muestre que todos los días hay profanaciones: en cada persona que es violentada, que sufre la violencia de cualquier tipo, que es explotada…».
«No escondamos lo que sentimos, evangelicémoslo para que podamos crecer en el amor a Jesús, a la Iglesia y a los demás», señalaba Abánades. «Solo así podremos crecer como familia de hijos de Dios, que solo saben perdonar, amar y entregar la vida. Esta es la mejor y única forma de llevar el Evangelio a los que nos rodean». «Pidamos hoy a Jesús que evangelice nuestro corazón. Orad por la comunidad de Virgen del Mar y por aquellos que nos han herido de esta manera, para que se encuentren con el abrazo misericordioso de Dios y se conviertan al bien», concluía el párroco.