Muere por endulzar el agua de mar para sus hijos camino de Europa
La mujer de Nabil, madre de siete niños, falleció al octavo día a la deriva cuando intentaba llegar a Chipre desde Líbano
Más de la mitad de los libaneses, en torno a los 2,7 millones de personas, viven bajo el umbral de la pobreza, según la ONU. La crisis económica que venía arrastrando el país se vio acrecentada tras la explosión del puerto de Beirut Por este motivo, cientos de personas están arriesgando sus vidas para huir, utilizando la ruta mediterránea hasta Chipre.
En el mes de septiembre, según Human Rights Watch, 230 personas en cinco embarcaciones fueron devueltas a Líbano en su intento de llegar al país chipriota. Otros han muerto ahogados en el mar. Como la mujer de Nabil, un refugiado sirio con siete hijos que luchaba por ganarse la vida en Akkar. A finales de septiembre decidió huir en barco para intentar llegar a Europa, pero el capitán se perdió y la embarcación se quedó a la deriva durante ocho días en el mar, apenas sin comida ni agua.
Save the Children, que ha puesto rostro a dos de los hijos de esta familia, explica que durante esos días «fueron testigos de horrores impensables, incluida la muerte de dos niños pequeños». Los padres tuvieron que atar los cadáveres de sus hijos a los costados del barco para evitar que sus cuerpos se perdieran en el mar. Hay quienes, desesperados, «decidieron intentar nadar desde el bote en busca de ayuda y no los volvieron a ver».
El día antes de ser avistados falleció la madre de esta familia numerosa, enferma de diabetes. Había utilizado sus escasas medicinas para tratar de endulzar el agua de mar para sus hijos. Los niños y su padre están ahora de regreso en el Líbano y sin pertenencias, ya que las vendieron para poder viajar. «La vida era muy difícil aquí en el Líbano. No podía alimentar a mis hijos; incluso conseguir pan era imposible». Ahora, de vuelta y sin su esposa, Nabil se lamenta. «No hay opciones para que mis hijos vivan en este país. ¿A dónde vamos? No hay otra escapatoria que el mar».
El aumento de la inflación, el colapso de la libra libanesa y la escasez de artículos de primera necesidad, como medicinas y combustible, junto con un incremento de casos de la COVID-19, han diezmado los medios de vida de la población. Save the Children solicita al gobierno libanés que priorice su apoyo económico a los niños y a las niñas más vulnerables y a sus familias. También hace un llamamiento a las autoridades chipriotas para que, «de manera prioritaria, se gestionen los casos de menores que llegan a su territorio y les ofrezcan acceso a asilo y protección conforme al derecho internacional».