Pezzi, sobre una visita de Zuppi a Moscú: «Escuchar plenamente ya alivia la tensión»
El arzobispo católico en Moscú comparte con Alfa y Omega su esperanza de que el enviado del papa visite Rusia. Cree que «es muy importante dar el primer paso y que sea positivo»
«No tengo confirmación de la posibilidad de que el cardenal Matteo Zuppi se reúna con el presidente Putin, pero esperamos que sí», asegura a Alfa y Omega Paolo Pezzi, obispo de la archidiócesis de la Madre de Dios de Moscú. En su opinión, los pronunciamientos de las autoridades rusas favorables a una visita a Moscú del cardenal italiano, nombrado por el Papa Francisco como enviado suyo para promover el diálogo en el conflicto de Ucrania, son «más una confirmación que una nueva actitud».
La última de las declaraciones por parte del Kremlin en este sentido se produjo el pasado miércoles, cuando el viceministro de Exteriores ruso, Alexander Grushko, aseguró que hay «interés y expectativa» por parte del Gobierno ruso en esta visita. Con todo, no precisó fechas para este posible viaje.
Pezzi explica que «la persona del Papa es en todo caso estimada y escuchada atentamente en Rusia, a pesar de que puede haber visiones y posiciones muy diferentes». Más allá de ello, el viceministro aseguró, en declaraciones recogidas por la agencia oficial Tass, que «apreciamos la posición equilibrada del Vaticano y la postura adoptada personalmente por el Papa».
El difícil contenido de la paz
—¿Como arzobispo católico de Moscú, cómo cree que valora el Kremlin el llamamiento a la paz del Papa y su compromiso? ¿Lo consideran creíble y serio, o sincero pero ingenuo?
—Pienso que la paz es un bien deseado por todos, serio, necesario y deseable cuanto antes. La cuestión es el contenido de esta paz que por el momento parece difícil de definir.
—La misión de Zuppi es escuchar y «aliviar tensiones». ¿Qué significa este encargo en el marco de una hipotética visita a Moscú?
—En primer lugar, escuchar plenamente al propio interlocutor es una señal de acogida al otro, y de que el otro es, como tal, un bien, y no a priori un enemigo o un competidor. En el clima global en el que vivimos, esta es objetivamente una posición casi única y, en cualquier caso, interesante. Esta posición ya alivia cualquier tensión. Cuando te miran como persona, cuando se relacionan contigo no por un interés político o lucrativo, entonces te sientes más tranquilo, y quizás tú también trates de aligerar el tono. Es muy importante en este momento dar el primer paso y que ese paso sea positivo, un paso para bien.
El arzobispo católico en Moscú explica que no está al tanto de cuál podría ser el programa de la visita. Ni siquiera sabe si se reuniría «con nosotros, los obispos locales. En todo caso, nuestras preocupaciones y esperanzas le son conocidas».
La vía humanitaria
Según el diario italiano Il Sole24ore en una información que recoge Europa Press, el propio Zuppi confirmó de forma extraoficial que su misión humanitaria tendrá continuidad en los próximos días en Moscú. El primer día después de regresar de Roma, había explicado que aunque esta visita era una posibilidad, debía esperar a que el Papa se recuperara de su operación del día 7 de junio para intercambiar impresiones con él.
Más recientemente, adelantó que por el momento los canales humanitarios son los que parecen «más factibles». Sobre todo lo relacionado con los niños ucranianos que, «violando el derecho internacional, han sido extraditados y adoptados por familias rusas».
Los detalles de esta misión de paz siguen siendo confidenciales por razones de seguridad y porque el proceso de mediación está en una fase todavía de estudio. El Papa es plenamente consciente de las dificultades que entraña poner la posibilidad de un alto el fuego sobre la mesa, pero no renuncia al sueño de la paz. De hecho, Zelenski, que se reunió en el Vaticano con el Papa el 13 de mayo, dejó claro tanto en ese encuentro como con el cardenal Zuppi que no necesitaba intermediarios. Al contrario, incluso pidió al Pontífice que se sumase a su fórmula para la paz, que incluye la retirada de las tropas rusas de todos los territorios.
Otra gran iniciativa de mediación en el contexto de la guerra de Ucrania, aunque con un alcance distinto, es la que está llevando a cabo el Consejo Mundial de las Iglesias (WCC por sus siglas en inglés) entre la Iglesia ortodoxa de Ucrania, instituida en 2019; la Iglesia ortodoxa ucraniana, vinculada hasta el año pasado al Patriarcado de Moscú, y este mismo patriarcado. El conflicto entre ambas iglesias ha alimentado la retórica rusa sobre el conflicto. Al mismo tiempo, se ha agravado a causa de este, con acusaciones por ambas partes de detenciones o acoso a sus clérigos, comunidades votando cambiar de una denominación a otra, el conflicto por el complejo monástico del Pechersk Lavra de Kiev o algunas propuestas legislativas para ilegalizar a las comunidades prorrusas.
En sendas visitas recientes a Kiev y Moscú, una delegación del WCC se reunió con representantes de las tres Iglesias para avanzar juntas hacia una reunificación o, al menos, hacia una coexistencia pacifica. En principio, las tres se han mostrado abiertas a participar en una mesa redonda. Así lo explicó el pasado miércoles el secretario general del WCC, Jerry Pillay, al presentar su informe durante la reunión del Comité Central del mismo, que está reunido en Ginebra (Suiza).
«La Iglesia ortodoxa ucraniana, la Iglesia ortodoxa de Ucrania y la Iglesia ortodoxa rusa han dado una respuesta positiva a participar». Aunque Moscú ha pedido consultar con su contraparte ucraniana, ha adelantado que el Consejo Mundial de las Iglesias «debería trabajar en una propuesta». Así se ha hecho, con un borrador que propone «convocar un encuentro confidencial en Ginebra» para «discutir las tensiones y conflictos presentes entre ellas y definir medidas para reducir la tensión y promover la coexistencia pacífica». Además, se plantea «negociar con el Gobierno ucraniano su asistencia».