Nuncio en Ucrania: «El cardenal Zuppi tiene claro quién es el agresor» - Alfa y Omega

Nuncio en Ucrania: «El cardenal Zuppi tiene claro quién es el agresor»

Vilvaldas Kulbokas afirma que la visita del purpurado, enviado del Papa, le ha permitido matizar su visión «sobre cuál es la mejor estrategia» para «favorecer el clima de diálogo» desde la Iglesia

María Martínez López
Kulbokas (derecha) y Zuppi (izquierda) durante la cita con Zelenski. Foto: AFP / Presidencia de Ucrania.

El nuncio en Ucrania, Visvaldas Kulbokas, no se atreve a hacer predicciones sobre el fruto de la reciente visita del cardenal Matteo Zuppi como enviado del Papa, los días 5 y 6 de junio. La cirugía del Pontífice un día después de su regreso ha retrasado que Zuppi pueda informarle y decidan qué pasos dar, incluida una hipotética visita a Rusia. Sí se ha reunido con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, que ve «previsible» un encuentro entre Zuppi y el patriarca de Moscú.

A pesar de la incertidumbre, el embajador pontificio en Kiev señala que el hecho mismo de que el enviado de Francisco llegara a Ucrania solo tres semanas después del encuentro entre Zelenski y Francisco el 13 de mayo muestra «una intensificación de los contactos». De Zuppi, destaca que, junto a su larga experiencia pastoral y diplomática, «una de sus cualidades es su gran atención al interlocutor». Esto hace que no tenga «opiniones fijas, sino que las actualiza constantemente a la luz de nuevos sucesos». De hecho, aunque «tiene muy claro quién es la víctima y quién el agresor», durante la visita fue matizando su visión «sobre cuál es la mejor estrategia».

Los encuentros con los líderes políticos del país, incluido el presidente Zelenski, «en un clima de gran respeto», giraron en torno a dos preguntas. La primera era «de qué manera podría contribuir la Santa Sede a la búsqueda de la paz». Zuppi era «consciente de que es casi imposible humanamente encontrar pronto una solución de paz justa». Zelenski insistió en que la Santa Sede apoye su plan de paz. Teme que «un simple alto el fuego, sin resolver la causa de la agresión, sea una mera ilusión», explica el nuncio. Además, aunque tanto la Santa Sede como Ucrania dan peso a la protección de la población y al respeto a las fronteras, «siempre hay alguna diferencia en cómo y qué enfatizan». Por eso, más que «formular un nuevo plan de paz», el objetivo de Zuppi era responder a «qué hacer para al menos favorecer el clima de diálogo».

La otra gran cuestión, sobre todo en las citas con la viceprimera ministra, Irina Vereschuk, y con el comisionado de Derechos Humanos del Parlamento, Dmitro Lubinets, fue la implicación de la Iglesia en gestiones humanitarias como el intercambio de prisioneros, la liberación de civiles detenidos ilegalmente o el regreso de 19.500 niños llevados a Rusia. «La Santa Sede y el Papa ya han hecho varios intentos. Pero los resultados han sido insatisfactorios». Por eso es tan importante, en opinión del nuncio, la capacidad de Zuppi de escuchar. «No basta con hacer todo lo posible, sino que hay que hacerlo con eficacia». Ahora, aunque siga sin haber certezas sobre el resultado, «un conocimiento más profundo al menos ayudará a elegir una orientación más precisa en el trabajo».

Además de los encuentros con políticos, Kulbokas relata que Zuppi «apreció mucho» reunirse con el Consejo de Iglesias y Organizaciones Religiosas de Ucrania, lo que le permitió «escuchar una reflexión sobre la guerra desde el punto de vista religioso». Para el nuncio, esta vertiente es fundamental. Mientras se deciden nuevos pasos diplomáticos, pide «rezar para ser más valientes, empáticos y creativos».

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