Peregrinos a la ida, apóstoles a la vuelta - Alfa y Omega

Peregrinos a la ida, apóstoles a la vuelta

Parte de los españoles que participarán en la Jornada Mundial de la Juventud han puesto ya rumbo a Lisboa. Con una previsión de más de 100.000 peregrinos, la delegación de España es la más numerosa

Begoña Aragoneses
El arzobispo de Sevilla, rodeado de los jóvenes de su diócesis en la Misa de envío a la JMJ en la catedral. Foto: Arzobispado de Sevilla.

«Vamos 5.000 peregrinos de Sevilla y hemos de volver 5.000 apóstoles». Esta fue la propuesta del arzobispo hispalense, José Ángel Saiz Meneses, en la Misa de envío de los jóvenes a la JMJ Lisboa 2023, el pasado sábado, 21 de julio. La invitación es extrapolable a los más de 100.000 españoles que se esperan en la capital portuguesa la semana que viene, según datos de la Conferencia Episcopal Española (CEE). «La JMJ tiene muchas finalidades, pero la principal es propiciar en el joven una experiencia profunda de fe, de encuentro con Cristo, que se convertirá en el centro de su vida», afirmaba Saiz Meneses a los jóvenes, y se despedía de ellos con un alentador: «¡En marcha, peregrinos!». El testigo lo recogió Ricardo, de 21 años y perteneciente a la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla desde que nació. «Aquí, con la partida de Bautismo uno va p’alante en la hermandad». Ya había participado en la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ) a Santiago de Compostela el verano pasado, y ahora, tras la Eucaristía en la catedral, se siente «muy motivado para ir y dar testimonio». Está deseando vivir la experiencia junto a «millones de jóvenes, todos con la suerte de saber que Cristo es el pilar central de nuestra vida», y de poder «profesar la fe abiertamente y mostrarle al mundo que queremos ser discípulos del Señor y que no nos da miedo». Su grupo, 14 jóvenes hermanos, partirá hacia Lisboa el día 31 de julio integrados en el grueso de la delegación sevillana, la segunda más numerosa después de Madrid (con casi 7.000 inscritos).

En masa al país vecino

Los españoles van en dos tandas a Lisboa. La primera partió el pasado miércoles, 26 de julio. Una expedición de aproximadamente 8.500 jóvenes para participar en los Días en la Diócesis, convivir con las familias de más de 15 diócesis locales y conocer las comunidades cristianas. A ellos se les sumarán más de 47.000 jóvenes que llegarán el día 31 de julio, que están invitados esa misma tarde al gran evento de encuentro de los españoles en Estoril. Comenzará con una Eucaristía presidida por el cardenal Omella, a la que seguirá el festival Caminos de juventud. En él actuarán, entre otros, Nacho Cano y sus artistas de Malinche. La cifra hasta los 75.000 españoles inscritos se irá completando los días sucesivos. Por ejemplo, para la vigilia del sábado 5 de agosto y la Misa del domingo 6 de agosto —eventos ya con el Papa Francisco— acudirán 28.000 más.

Piden ayuda

La Delegación de Jóvenes de la archidiócesis de Madrid ha lanzado una petición de ayuda en nombre de los 6.647 jóvenes que viajan con ella a Lisboa. «El transporte previsto hasta los actos centrales no será suficiente». Necesitan 100.000 euros para contratar una flota más amplia. Para contribuir: jovenesmadrid.es.

Entre ellos estarán seis alumnos del colegio María Corredentora de Madrid, que puso en marcha la peregrinación a la JMJ en una iniciativa pionera para el centro. Para los chavales, todos con síndrome de Down e integrados en la delegación de la diócesis de Alcalá de Henares, será una ocasión única de sentirse un joven como los demás. Lo cuenta Arancha Penalver, una de las profesoras, que acude como voluntaria. Además, experimentar su autonomía, «relacionarse con otros jóvenes, compartir la fe, ir a otro país con otra lengua, ver otras culturas, les abre la mente». Pablo Navarro (26 años), exalumno, no se lo pensó nada cuando surgió la posibilidad de participar en la JMJ. «Ir con mi antiguo colegio es como un sueño». Aunque es consciente de que igual va a tener que ver al Papa a través de pantallas, él va a «luchar a muerte por verlo en persona». Y acude a Lisboa con una lista larga de peticiones: por la paz, por los pobres, por los que tienen hambre, por los que no tienen fe, «por los que lo están pasando mal»… «¿Y para ti?». «Pues que me ayude a ser un cristiano fiel, que no me separe nunca de Él». «Lo que quiero es estar amarrado a Dios», resume. Junto a él peregrinará Pilar (21 años) y, aunque se muestra un poco tímida durante la conversación, está igual de ilusionada que Pablo y casi tanto como su madre, que tardó cinco segundos en apuntar a su hija a la JMJ. La pequeña de cinco hermanos, Pilar hija también está entusiasmada con la idea de ver al Papa; de hecho, va a rezar para «que siga con nosotros y que sea feliz».

Alfonso y Ricardo, dos de los peregrinos del colegio María Corredentora. Foto: María Corredentora.

En camino a Lisboa se pondrán también este fin de semana un grupo de triatletas militares, con su páter Serafín a la cabeza, que tienen previsto llegar a la ciudad lusa en bici el día 4 de agosto. Forman parte de la expedición del Arzobispado Castrense, que lleva preparando la JMJ desde noviembre de 2021. Fue entonces, cuenta Iván Cote, el capellán delegado de Juventud y Vocaciones y también de la Guardia Real, cuando se pusieron en contacto con sus compañeros portugueses. Irán 350 personas, incluidas familias ligadas a parroquias castrenses de toda España, y también guardias reales, guardias civiles, policías nacionales e incluso efectivos americanos y españoles, unidos, de la Base Naval de Rota. Muchos dormirán en la Escuela Naval de Lisboa, al otro lado de la ciudad cruzando el Tajo, y serán trasladados cada día en un barco de la Marina portuguesa. Como anécdota, la expedición castrense fue quien inauguró el sistema informático de recogida de credenciales puesto en marcha por el comité organizador de la JMJ esta misma semana.

Trabajo de años

Los datos sitúan a la delegación española como la más numerosa de todas las que se harán presentes en Lisboa. Raúl Tinajero, responsable de la pastoral con jóvenes de la CEE, afirma que tras ellos hay un trabajo de años en las parroquias «para que el joven tenga la inquietud de descubrir el amor de Cristo», a lo que se suma que muchos de los peregrinos son hijos de la generación JMJ de san Juan Pablo II. Con una pandemia de por medio —la última JMJ fue en 2019 en Panamá—, y frente a lo que se pudiera pensar, el coronavirus trajo consigo una «muy fuerte vida pastoral online», y en esto los jóvenes fueron pioneros «porque son muy creativos». El presidente de la Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia, Arturo Ros, ha apuntado por su parte que «vamos a batir récords de presencia porque nuestros jóvenes son muy grandes». De ellos se aprende lo que es el entusiasmo, la alegría, el sacrificio y, por eso, «la Iglesia los necesita». Ros será uno de los 71 obispos españoles presentes en el país vecino, que dinamizarán además las catequesis de habla hispana.

En cifras

75.000 jóvenes españoles inscritos oficialmente

71 obispos españoles atenderán las catequesis de habla hispana por día

37.375 jóvenes de 67 diócesis, 32 congregaciones y once movimientos en Caminos de juventud

De sacrificio y entrega saben en la diócesis de Teruel, que busca alojamiento en familias para un grupo de 94 brasileños pertenecientes al Camino Neocatecumenal. Por el momento, la respuesta generosa ha hecho que 50 tengan ya su cama casi preparada en hogares —en Lisboa dormirán, como la inmensa mayoría de los peregrinos, en «suelos de cinco estrellas», escenifica Tinajero—. «Yo lo hago por el Señor», le dicen las familias a Inma Maicas, miembro de la pastoral juvenil y coordinadora de la acogida. Los peregrinos pasarán la noche del 31 de julio al 1 de agosto en su camino a Lisboa, procedentes de Zaragoza. Tendrán tiempo para visitar Teruel, compartirán una Eucaristía y después un aperitivo antes de irse con sus familias de acogida. Una muestra de que, como dice Inma, «la JMJ no solo son los chicos que van; la Iglesia entera está detrás».