París: el cardenal Rouco, doctor honoris causa - Alfa y Omega

París: el cardenal Rouco, doctor honoris causa

Redacción

El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, fue investido, el pasado lunes, doctor Honoris Causa por el Instituto Católico de París. Recibió este reconocimiento, junto con el cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasha (República Democráctica del Congo), y con cuatro profesores, en un acto de homenaje al Beato Federico Ozanam, fundador de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Con motivo del bicentenario del nacimiento de este laico francés, el Instituto quiso convocar a «seis grandes figuras de nuestro tiempo, dentro de las disciplinas de nuestras Facultades».

Con el cardenal Rouco, en concreto, se contó como experto en Derecho Canónico. Su conferencia versó sobre La unidad de la Palabra de Dios y de los sacramentos: fundamento teológico del Derecho Canónico. En ella, expuso cómo el Derecho Canónico se fue «desarrollando como el ordenamiento interno de la vida de la Iglesia en un proceso de institucionalización creciente y de perfeccionamiento técnico y pastoral, al ritmo de la historia general de la Iglesia y de su relación con la sociedad y el Estado».

Sobre la evolución de esta disciplina a raíz del Concilio Vaticano II, subrayó cómo el nuevo Código de Derecho Canónico de 1983, denominado por el Papa Juan Pablo II el Código del Concilio Vaticano II, «ciertamente resolvió y aclaró la pastoralmente complicada problemática de la inseguridad jurídica», fruto de la «tormenta antijuridista» que se había desencadenado durante las dos primeras décadas del post-Concilio. Sin embargo, «no logró apagar del todo el cuestionamiento intelectual y existencial del sentido y del valor teológico del Derecho Canónico».

Sobre el momento actual, el cardenal Rouco afirmó que «se va abriendo paso, metodológicamente, poco a poco, el camino de una teología del Derecho Canónico» que le sirva de fundamentación y le ayude a seguir consolidándose. Esto es imprescindible de cara a la nueva evangelización, pues «no es posible evangelizar y santificar creíblemente sin una vivencia de la comunión eclesial seriamente afirmada y consecuentemente practicada en la acción pastoral de la Iglesia».

Por último, el arzobispo de Madrid concluyó afirmando: «La importancia de no cejar en la configuración doctrinal y académica de una teología del Derecho Canónico se desprende hoy con urgencia histórica, no sólo de la situación interna de la Iglesia, sino también de la sociedad. Al Derecho Canónico, teológicamente pensado y elaborado, le es también propia la función de servir a la formación de un Derecho civil digno de la persona humana como criterio e, incluso, como un modelo de referencia material y formal».