Papa Francisco, sobre el paro en Europa: «No os dejéis atrapar por el pesimismo»
En muchos países europeos, el «sistema económico ya no es capaz de crear puestos de trabajo, porque ha colocado en el centro a un ídolo llamado dinero», denunció el Papa, al recibir el jueves a un grupo de empleados y directivos de la Fábrica de Aceros Especiales de Terni (Italia). Dirigiéndose en concreto a los cristianos, Francisco pidió no dejar de «esperar un futuro mejor» ni dejarse «atrapar por el vórtice de pesimismo»
El Papa Francisco ha reiterado el valor primario del trabajo y la necesidad de creatividad y solidaridad para hacer frente a la crisis económica, al recibir a los empleados y directivos de la Fábrica de Aceros Especiales de Terni (Italia), a los que acompañaba el obispo de esa diócesis y un grupo de fieles, con motivo del 150 aniversario de la fundación de esa industria.
«Es necesario reafirmar -añadió el Pontífice- que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos, y que su principal valor es el bien de la persona humana, ya que la realiza como tal, con sus actitudes y sus capacidades intelectuales, creativas y manuales. De esto se deriva que el trabajo no tenga sólo una fin económico y de beneficios, sino ante todo un fin que atañe al hombre y a su dignidad. ¡Y si no hay trabajo esa dignidad está herida! Cualquier persona sin empleo o subempleada corre, de hecho, el peligro de que la sitúen al margen de la sociedad y de convertirse así en una víctima de la exclusión social».
«¿Que podemos decir frente al gravísimo problema del paro que afecta a tantos países europeos? ¡Es la consecuencia de un sistema económico que ya no es capaz de crear puestos de trabajo, porque ha colocado en el centro a un ídolo llamado dinero! Por lo tanto, los diversos sujetos, políticos, sociales y económicos están llamados a promover un enfoque diferente, basado en la justicia y la solidaridad, para garantizar a cada uno la posibilidad de desempeñar un trabajo digno. El trabajo es un bien de todos, que debe estar al alcance de todos. Hay que abordad esta fase de grave dificultad y de desempleo con las herramientas de la creatividad y la solidaridad. La creatividad de empresarios y artesanos valientes, que miran hacia el futuro con confianza y esperanza. Y la solidaridad entre todos los miembros de la sociedad, que renuncian a algo y adoptan un estilo de vida más sobrio, para ayudar a aquellos que pasan necesidades».
«Este gran reto -concluyó el Papa- interpela a toda la comunidad cristiana… El primer compromiso es siempre el de reavivar las raíces de la fe y la adhesión a Jesucristo. Éste es el principio rector de las decisiones de un cristiano: la fe. ¡La fe mueve montañas! La fe cristiana es capaz de enriquecer a la sociedad a través de la carga de fraternidad que lleva en sí misma… No cejéis nunca en esperar un futuro mejor. No os dejéis atrapar por el vórtice de pesimismo. Si cada uno aporta lo que le corresponde, si todos ponen en el centro a la persona humana con su dignidad, si se consolidan la solidaridad y la compartición fraternal, inspiradas en el Evangelio, se podrá salir del marasmo de una época económica y laboral dura y difícil».