Obispo en Kazajistán: «Esperamos que la normalidad vuelva pronto»

Más de medio centenar y medio de muertos, 1.300 heridos y casi 8.000 arrestados. Es el balance de las protestas de la última semana en Kazajistán, que comenzaron como una respuesta al alza del precio del gas y que el Gobierno achaca ahora a «un ataque terroristas» con el objetivo de desestabilizar el país.

Este último argumento es el que ha servido a las autoridades del país para justificar la entrada en acción de Rusia, que ya tienen desplegadas tropas sobre el terreno, o la promesa de apoyo de Turquía.

Desde la Iglesia, la situación se vive con una calma tensa. El obispo de Karaganda, Adelio Dell’Oro, es consciente de que el pueblo kazajo vive «un momento delicado» y por ello agradecen al Papa Francisco que se haya referido a ellos y rezado durante el ángelus de este domingo, cuando pidió que se recupere «la armonía social lo antes posible mediante la búsqueda del diálogo, de la justicia y del bien común».

«También nos unimos a esta oración. Esta mañana, el obispo auxiliar, Evgenij Zinkowski, la hermana Alma Dzamova y yo hemos celebrado una Misa en memoria de las víctimas de los últimos días», ha señalado Dell’Oro a la Agencia Fides.

Según ha reconocido el prelado, la situación en Karaganda no están crítica como en Almaty, epicentro de las manifestaciones. «Aquí hubo protestas pacíficas que se dispersaron inmediatamente. Pero hemos encontrado inconvenientes relacionados con la falta de conexión a internet. Esto ha afectado, por ejemplo, a la retirada de dinero en cajeros automáticos, por lo que muchos no han podido ir a la compra en los últimos días. Poco a poco la conexión está volviendo y esperamos que la normalidad también lo haga pronto».

En Kazajistán hay cuatro diócesis católicas con 70 parroquias y 91 sacerdotes. De los más de 17 millones de habitantes del país, el 26 % son cristianos y el 1 % católicos.