Nuevos documentos encontrados en la iglesia de Santa Maria dell’Anima, la iglesia nacional de Alemania en Roma, documentan los esfuerzos de Pío XII por salvar judíos durante la ocupación de Roma. Tras el arresto de unos mil, el Papa trató sin éxito de impedir su deportación a Auschwitz, pero en cambio sí logró que no hubiera nuevas deportaciones. Estas gestiones salvaron directamente la vida a más de 11 mil personas, según el presidente de la Fundación Pave the Way, el judío Gary Krupp, que promueve el acercamiento entre católicos y judíos. Otros documentos hallados en esta investigación prueban que Pío XII dio orden a conventos y colegios religiosos italianos para esconder judíos, como hizo también este Papa en otros lugares de Europa. Poco antes de conocerse estos datos, el embajador de Israel en Roma, Mordechai Lewy, afirmó que «sería un error declarar que la Iglesia católica, el Vaticano y el Papa mismo se opusieron a las acciones dirigidas a salvar judíos. En realidad, sucedió todo lo contrario: prestaron ayuda a todos los que pudieron». Ésta era la interpretación comúnmente aceptada hasta mediados de los años 60, pero desde el estreno de la obra El Vicario se propagó la leyenda negra que presentaba a este Papa como alguien cercano a Hitler, cuando curiosamente, en su época, sorprendió su frontal oposición al nacional socialismo, mucho antes de que esta ideología fuera percibida en otros países como un peligro.