«Nuestra voz debe sonar, clara y esperanzada, en España» - Alfa y Omega

«Nuestra voz debe sonar, clara y esperanzada, en España»

El Día Internacional de la Vida «es una ocasión anual para hacer presente que somos muchos los que no estamos dispuestos a mirar para otro lado, ni a acostumbrarnos a ese inmenso error» que es la aceptación del aborto, escribe en este artículo el presidente de la Fundación RedMadre. Por eso, invita a acudir a las concentraciones que habrá en toda España el 24 de marzo, víspera del Día Internacional de la Vida

Antonio Torres Martínez
Un momento de la concentración del año pasado en Madrid, en el Día Internacional de la Vida.

El próximo día 25 se celebra el Día Internacional de la Vida: una gran ocasión para volver a expresar públicamente nuestro compromiso público y solidario con la dignidad humana, testimonio especialmente relevante cuando vuelve a surgir con fuerza en España el debate sobre la legislación del aborto. Asistir a las convocatorias de concentraciones y manifestaciones de apoyo a la vida previstas en esa fecha es un deber inexcusable.

Creyentes y no creyentes llevamos inscrito en nuestros corazones y en nuestra razón un profundo anhelo por la verdad, el bien y la belleza. Por eso, compartimos una misma obligación moral y una responsabilidad ante la imperiosa necesidad de defender ese bien absoluto que representa la vida de todo ser humano desde el mismo instante de la concepción hasta su final por causas naturales; de proclamar y dar testimonio de la verdad en un asunto de tanta trascendencia para el bien común; y, por supuesto, de mostrar al mundo nuestro respeto y admiración ante la belleza del misterio que representa, en todos los supuestos, la vida del concebido y la maternidad.

Nos incumbe a todos

Así pues, la defensa y protección de la vida y la maternidad es algo que incumbe a todos los seres humanos de buena voluntad que, independientemente de sus creencias o increencias, no hemos renunciado a la libertad y al imprescindible esfuerzo que implica adecuar nuestra razón a la verdad, ni tampoco a ese otro esfuerzo que supone adecuar nuestros actos con lo que pensamos, solidarizándonos en la medida de nuestras posibilidades con la suerte de nuestro prójimo, y desplegando esos poderosos granitos de arena cuya contribución al bien común es tan necesaria como insustituible.

Ése es el motivo por el que la Fundación RedMadre -cuyo objetivo es que ninguna madre embarazada con problemas se vea abocada a optar por la falaz solución del aborto, como consecuencia de la soledad y el abandono a que se ven sometidas por propios y extraños- es una entidad civil no confesional y apolítica, en la que tienen cabida absolutamente todas las personas de buena voluntad, sin importar sus creencias y simpatías políticas, porque la vida y la maternidad son dos asuntos trascendentales que incumben a todos y en cuya defensa nos jugamos la salud moral y el mismo futuro de nuestra sociedad.

El cartel de este año.

Nuestra voz debe sonar clara y esperanzada en todos los rincones de España, para pedir pacíficamente a nuestros gobernantes, en nuestra condición de ciudadanos, que atiendan nuestro clamor por la vida de los más indefensos y sus madres. La celebración del Día Internacional de la Vida es una ocasión anual para hacer presente al conjunto de la sociedad que somos muchos los que no estamos dispuestos a mirar para otro lado ante el aborto ni a acostumbrarnos a ese inmenso error de nuestra época que es su banalización y aceptación.

Las reformas legales anunciadas por el ministro de Justicia, don Alberto Ruíz-Gallardón, constituyen, en principio, un paso adelante que se puede traducir en la salvación de millares de vidas, a través del apoyo y de ayudas a las madres embarazadas vulnerables, lo cual contribuirá también al cambio de las conciencias de muchos españoles que fueron engañados en su buena fe por los adalides de la cultura de la muerte. Por eso, este año hay un motivo coyuntural más para salir a la calle a reivindicar de nuevo, en voz alta, la recuperación de la cultura de la vida: hacernos presentes en el debate reabierto respecto a la legislación sobre protección a la maternidad.

Sacudámonos la pereza

La aceptación de la cultura de la muerte ha ido cambiando progresivamente, gracias al esfuerzo de unos pocos, a los que paulatinamente se ha ido sumando la sociedad española y sus dirigentes, saliendo a las calles para reclamar pacíficamente un cambio radical a la actual deriva abortista, así como contribuyendo con la generosa suma de muchos esfuerzos personales a la creación de fundaciones que, como RedMadre (www.redmadre.es), trabajan en España para apoyar a las madres embarazadas, de modo que puedan optar por la más hermosa y generosa de las decisiones: la maternidad.

Por esas razones y en este crucial momento para la vida y la maternidad en España y en el mundo, todas las personas de buena voluntad deberíamos sacudirnos el oscuro polvo de la pereza y la indiferencia, y no dudar en acudir a la próxima cita con el Sí a la vida el día 24 de marzo, en Madrid y en otras ciudades de España, con motivo del II Encuentro por el Día Internacional de la Vida (www.sialavida25m.org)