No, no es «el calor de siempre»: Ecología Integral de la CEE analiza los últimos récords
El climatólogo Eduardo Agosta ha elaborado una nota técnica sobre las temperaturas extremas de finales de junio y denuncia la «irresponsabilidad» de desvincularlas del cambio climático
«No es “más de lo mismo”», asegura Eduardo Agosta, director del Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española en una nota técnica difundida este viernes sobre la ola de calor del final de junio pasado. Tampoco se justifica por el «calor siempre ha habido». «Ha marcado un antes y un después» en los registros climatológicos de España» y es «una anomalía estadística que nos interpela a todos».
Con los datos en la mano, el climatólogo argentino asegura que «nunca antes, desde que tenemos registros sistemáticos, se había observado un calor tan extendido e intenso». Lo afirma en función de un análisis de frecuencia de las temperaturas máximas en la península Ibérica en las últimas décadas —estos datos son desde 1981 pero los ratifican otros desde los años 40—, que muestra que «los valores alcanzados caen en el percentil 100 de la distribución climatológica».
Esta afirmación se constató con «un reguero de récords históricos» de temperatura en «ciudades de todo el país». Así, el 28 de junio, en Granada, se alcanzaron los 46ºC, «la temperatura más alta registrada en este observatorio histórico en un mes de junio y en España».
También se alcanzaron los 44,5ºC en Mérida, 44ºC en Alconchel (Badajoz) y 43,2ºC en Córdoba, todo el 29 de junio. Esa misma temperatura se registró el día 30 en Sevilla. Esta lista «es la prueba fehaciente de que las condiciones atmosféricas están cambiando a un ritmo y con una intensidad que nos saca de nuestra zona de confort climática. El “siempre ha hecho calor” se desmorona ante la evidencia empírica».
En este sentido, Agosta considera «penoso» que aún haya voces «que se atrevan a ningunear la ciencia» ante «la abrumadora evidencia científica sobre el cambio climático» y consecuencias directas como esta. «Reducir estos fenómenos a “ciclos naturales” o “cosas que pasan” no solo es una irresponsabilidad informativa, sino que contribuye a la inacción en un momento crítico».
«Para la audiencia católica, esta postura resulta aún más insostenible», como ya afirmó el Papa Francisco en la exhortación apostólica Laudate Deum. «Por tanto, ignorar la gravedad de esta ola de calor no es solo un acto de ceguera ante la ciencia, sino también, para un creyente, un modo de dar la espalda a un magisterio que nos llama a cuidar la casa común y a proteger a los más vulnerables». Y concluye: «Mirar hacia otro lado ya no es una opción».