«No estamos respondiendo al boom de la autoayuda» - Alfa y Omega

«No estamos respondiendo al boom de la autoayuda»

Solo en el primer trimestre de 2024 se ha duplicado la demanda de libros y vídeos que ofrecen terapias para encontrar la felicidad

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Un expositor de títulos de autoayuda en una librería de Madrid
Un expositor de títulos de autoayuda en una librería de Madrid. Foto: Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo.

«No hay una definición clara de lo que es la autoayuda, pero todo el mundo lo sabe en realidad», afirma Vicente Jara, miembro fundador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). Jara comenta así la extraordinaria difusión que este fenómeno está teniendo en España. La semana pasada, un estudio de una web de comparación de precios online lanzaba el dato de que la demanda de libros de autoayuda aumentó un 47 % entre enero y marzo pasado respecto al mismo período de 2023. A ello se une el hecho de que, desde la pasada crisis sanitaria, la búsqueda en internet de este tipo de literatura se ha multiplicado por seis.

La raíz de fondo de este crecimiento exponencial —también comprobable en la multiplicación de vídeos del estilo en YouTube— es que «muchas personas arrastran un problema emocional y espiritual, porque no logran cumplir su deseo de ser felices, de tener relaciones sanas y de amar y ser amadas», afirma Vicente Jara. Así, en esta sociedad «con carencias muy profundas» hay muchas personas que «no están recibiendo la atención psicológica que precisan», quizá también «por razones económicas». Entonces, «en vez de ir a un psicólogo se compran un libro de autoayuda o se ven unos vídeos estimulantes». El peligro es que «tú marcas los límites y ahí es fácil autoengañarse», añade.

Coincide en el diagnóstico Diego Cazzola, psicólogo coordinador del Departamento de Orientación del colegio Andel: «Este tipo de libros siempre da una respuesta fácil a tu problema; no te comprometen demasiado como hace una terapia, donde te tienes que desnudar ante otra persona y confrontarte con aspectos de tu vida que quizá no quieres reconocer», afirma. Cazzola señala que el siguiente paso en este mundo «serán los psicólogos de inteligencia artificial. Van a constituir un auténtico boom y, de hecho, ya se están diseñando modelos de lenguaje para que un robot pueda interactuar con un humano y darle unas cuantas recetas». Esto es peligroso, «porque enganchará a más gente y más rápido. Pero, al final, ofrecerá lo que muchos quieren: soluciones fáciles, baratas y sin muchas complicaciones».

Jara advierte además del riesgo de feminización de este fenómeno, «por tener un componente emocional que atrapa más a las mujeres», y alerta de la presencia de sectas detrás de algunos títulos «que lamentablemente se venden como rosquillas incluso en librerías católicas». «Dichos títulos ya lo dicen todo», constata este miembro fundador de RIES, para quien «todos giran en torno a la idea de que tú puedes salvar tu vida, de que eres tú el que te puedes empoderar para cambiar tus circunstancias». Por eso, después de ir de libro en libro y de saltar de vídeo en vídeo, «al final la gente acaba sola e insatisfecha por no haber logrado la sanación que ansía».

«Todos tenemos un deseo de plenitud y de que nuestra vida nos guste y eso nadie lo puede acallar», abunda Cazzola, pero para ello «el camino no es encerrarse en uno mismo, sino salir». Indispensable es también «ser capaz de reconocer los problemas y hacer un trabajo de autorreflexión para saber qué es lo que pasa, yendo un paso más allá de la superficialidad de la autoayuda». En este sentido, Cazzola apela «al deseo de verdad de la gente, de atreverse a plantear qué es lo que se quiere en realidad. Ese deseo será el motor que llevará a lo que de verdad llena».

Para este psicólogo acostumbrado a tratar con jóvenes y familias, una buena manera de comenzar «es desengancharse del móvil y de las redes sociales, que atrapan nuestra atención y nos hacen estar constantemente consumiendo y picoteando contenidos». Esto afecta también a la respuesta de la Iglesia a la sed que revela el boom de la autoayuda: «Todos estamos usando el móvil a todas horas, incluso los pastores, y eso merma nuestra capacidad de darnos cuenta del problema», afirma. Por eso, «aunque la Iglesia tiene eso que te puede llenar, en ocasiones no sabemos cómo transmitirlo. No estamos respondiendo al fenómeno social de la autoayuda de manera suficientemente rápida», lamenta.

Vicente Jara constata, asimismo, que «hoy en día la Iglesia está bastante despistada» y «hasta hay autores que hacen autoayuda al estilo católico». Por eso, apunta al «redescubrimiento de la adoración y los sacramentos, que es lo que verdaderamente atrae a la gente y sobre todo a los jóvenes». Así, además de recomendar volver a leer libros de santos —«personas muy iguales a nosotros, con dificultades como las nuestras, que han hallado solución en la fe»—, Jara termina recordando que «Jesús no vino a empoderarnos. Ante esta tendencia prometeica del “yo quiero ser feliz porque lo merezco”, la autoayuda no hace más que señalar un anhelo que solo puede saciar Dios. Esa felicidad que tanta gente busca solo te la puede dar Él».

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