Nicaragua redobla el acoso a la Iglesia y un obispo inicia un «ayuno indefinido»
El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, se está alimentando únicamente de agua y suero «para que pueda cesar esta situación de hostigamiento durísima y cruel para todos nosotros»
El régimen de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, continúa con su acoso a la Iglesia católica, que se ha visto redoblado en los últimos días hasta el punto de que varios líderes religiosos se encuentran encerrados en sus parroquias y rodeados por la Policía.
El caso más significativo es el del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, quien ha decidido iniciar un «ayuno indefinido» por «el acoso y hostigamiento» al que le está sometiendo la Policía y que incluso está afectando a su «círculo de privacidad familiar», según denunció el propio prelado.
Álvarez, que se está alimentando únicamente de agua y suero, mantendrá esta huelga de hambre «hasta que la Policía Nacional, a través del presidente o vicepresidente de la Conferencia Episcopal, únicamente, me hagan saber que van a respetar mi círculo de privacidad familiar».
Mientras tanto, «estaré haciendo exorcismo, orando ante el Santísimo, celebrando la Eucaristía y elevando súplicas al Señor para que pueda cesar esta situación de hostigamiento durísima y cruel para todos nosotros».
Un sacerdote encerrado
El obispo, sin embargo, no es el único que está sufriendo esta persecución. La iglesia de San Juan Bautista, en la ciudad de Masaya, también se encuentra rodeada por los cuerpos de seguridad del Estado desde hace una semana. El sacerdote Harvy Padilla se encuentra en el interior del templo, del que no puede salir con libertad.
Según fuentes conocedoras del caso, los feligreses temen que las autoridades puedan aprovechar el menor impacto mediático de Padilla –en comparación con el obispo Álvarez– para entrar con sigilo en el templo y arrestarlo para mandarlo a la cárcel.
Canal católico
El último episodio de ataque contra la Iglesia católica y la libertad religiosa se ha vivido en el ámbito de los medios de comunicación. El Gobierno del presidente Daniel Ortega, a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), ordenó sacar del aire al Canal 51, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Días antes de este suceso, el propio Rolando Álvarez, que es precisamente el encargado del área de Comunicación de la CEN, aseguró que lo que el Gobierno quiere «es una Iglesia muda, que no anuncie la esperanza del pueblo (…) y la denuncia del pecado personal y de las estructuras de injusticia».