Cardenal Brenes: «Quieren quitar fortaleza a la Iglesia» en Nicaragua - Alfa y Omega

Cardenal Brenes: «Quieren quitar fortaleza a la Iglesia» en Nicaragua

El arzobispo de Managua respondió el domingo a los seguidores del presidente Ortega que han afirmado que los obispos podrían ser detenidos al igual que los líderes opositores

Redacción
Antidisturbios vigilan el 30 de junio el complejo policial Evaristo Vasquez, donde el candidato presidencial Juan Sebastián Chamorro está detenido. Foto: AFP / STR

El cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, afirmó este domingo que en el país hay personas que «quieren quitar fortaleza a la Iglesia». En medio de la crisis sociopolítica local, agravada por una ola de arrestos de líderes opositores, «hoy escuchamos, en muchos momentos, a personas que nos atacan, que atacan al Papa».

Según recoge EFE, el cardenal subrayó que «nos insultan, nos persiguen, nos calumnian. Pero todo eso queda en el vacío cuando tenemos fuertemente nuestra esperanza y confianza en el Señor», afirmó en su Misa dominical, sin citar nombres.

Los arrestos de líderes opositores se dan a poco más de cuatro meses de las elecciones del 7 de noviembre. Ortega busca prolongar un mandato que comenzó en 2007, aunque durante 42 años ha ejercido un dominio casi total de la política nicaragüense.

Hasta ahora, los arrestos por temas políticos solamente han afectado a líderes opositores y a algunos de sus empleados. Sin embargo, personas que se identifican como seguidores de Ortega han insistido públicamente en que los obispos podrían ser detenidos.

Con las familias de los detenidos

El también presidente de la Conferencia Episcopal Nicaragüense añadió el domingo, desgranando las lecturas de la Eucaristía, que «tenemos dificultades, tenemos problemas de la pandemia que nos desesperan, tenemos nuestros problemas políticos, sociales, económicos». También hay «familias que sufren porque muchos de sus miembros están privados de libertad», agregó.

Las relaciones entre la Iglesia católica y Ortega, que nunca fueron cercanas, se rompieron en julio de 2018 cuando el presidente nicaragüense acusó a los obispos de planear un supuesto «golpe de Estado». Aludía a las manifestaciones antigubernamentales de ese año, reprimidas con ataques armados que dejaron cientos de muertos, presos o desaparecidos.