Lanzan una guía para ayudar a los presos al salir de la cárcel
La prisión puede llegar a convertirse en una «zona de confort» para los internos, y salir de ella y tener que enfrentarse a muchas gestiones nuevas les genera inseguridad, explican desde la asociación Entre Pinto y Valdemoro
«Parece mentira, pero salir de la prisión a veces se hace tan difícil como entrar en ella», afirma Susana Cano, directora de la asociación Entre Pinto y Valdemoro, que ha presentado este martes la guía Al salir de la prisión, un elenco de recursos básicos para los internos que buscan reinsertarse en la sociedad.
La guía nace de la colaboración entre el centro de reinserción social Isla Merced, perteneciente a EPyV, y la Universidad Rey Juan Carlos, con el apoyo de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. «Entrar de nuevo en el sistema tras pasar por un centro penitenciario no es fácil», asegura Cano, «sobre todo por la gran cantidad de gestiones administrativas que tienen que realizar los internos»: mantener el DNI en vigor, sacarse la tarjeta sanitaria o abrirse una cuenta bancaria. «Todo ello se hace incluso más complicado si eres un extranjero y no tienes la documentación en regla», añade.
La guía va dirigida sobre todo a los trabajadores sociales de los centros penitenciarios, «para que puedan orientar a los internos en su salida», y se completa con una serie de trípticos en diferentes idiomas con información básica de utilidad que se repartirán a los presos en sus salidas. Su contenido está agrupado en cinco secciones que hacen referencia a cinco perfiles de destinatarios: españoles en situación regular, españoles mayores de 52 años, extranjeros, personas drogodependientes y personas con problemas de salud mental.
«Para muchos de ellos, la cárcel se convierte con el tiempo en su zona de confort —asegura la directora de la asociación Entre Pinto y Valdemoro—. Lo que hay fuera es fuente de inseguridades y miedos, y les entra mucho complejo de inferioridad». De ahí que necesiten «mucho apoyo psicológico y emocional para compensar esa sensación de desarraigo».
Sin embargo, para Susana Cano, «el mayor estigma lo llevan ellos dentro. Ninguno de ellos lleva escrito en la cara que han estado en prisión, por lo que el rechazo de la sociedad, en general, no es tanto como se cree». De hecho, en su asociación «tenemos mucho éxito de incorporación al mercado laboral y a una vida normalizada».
La asociación Entre Pinto y Valdemoro es una entidad independiente que surgió en el seno de pastoral penitenciaria cuando una reforma del Código Penal declaró necesaria la existencia de una institución que avalara a los presos en sus permisos o en sus salidas definitivas de prisión. «En ese tiempo había muchos extranjeros en los centros y resultaba injusto que no pudieran salir», dice su directora. Desde entonces, numerosos internos han encontrado en su casa de acogida «un lugar donde dormir los días fuera de la cárcel hasta que se normaliza su situación». Además, cuentan con un grupo de voluntarios «que le apoyan en ese recorrido para que no tengan miedo ni se sientan solos».