Monseñor Jesús García Burillo, obispo de Ávila: Funerales, en la parroquia, no en el tanatorio - Alfa y Omega

Monseñor Jesús García Burillo, obispo de Ávila: Funerales, en la parroquia, no en el tanatorio

Los funerales deben celebrarse en las parroquias, no en los tanatorios. Así lo afirma el obispo de Ávila, monseñor Jesús García Burillo, en su instrucción pastoral titulada Las exequias en las parroquias. Cosa distinta —matiza— es que los asistentes al velatorio participen allí en una Misa ofrecida por el difunto

Enrique García Romero

El prelado señala que una de las consecuencias más graves de la mentalidad consumista es que genera un individualismo deshumanizador. Lo importante «ya no parece ser la referencia a una verdad objetiva, sino el hecho de que me apetezca o no». De este modo, se niegan dimensiones fundamentales de la vida humana: somos seres comunitarios, hay unas verdades objetivas, y nuestros criterios no determinan todo.

Las capillas de los tanatorios

Monseñor García Burillo afirma que esta situación cultural afecta también a la muerte. Se ha extendido la costumbre de pedir a los sacerdotes que celebren funerales en las capillas de los tanatorios, que no están pensados para eso. «La razón de que existan estos oratorios es facilitar la plegaria personal de los familiares del difunto, o la recitación comunitaria de la Liturgia de las Horas».

En dichas capillas puede celebrarse una Misa ofrecida por el difunto, pero no el funeral propiamente dicho. Excepto en situaciones realmente extraordinarias, lo normal —subraya el obispo— es que «las exequias tengan lugar en la parroquia del difunto, en su convento si es religioso o, en ocasiones especiales, en la catedral».

Somos cristianos en comunidad

«Uno no es cristiano solo. Es cristiano en comunidad. Nadie es tan puro como para aspirar a la salvación por sus fuerzas, sino en la medida en que se apoya en la fe de la Iglesia», afirma el obispo de Ávila. Y explica que, en la parroquia, fuimos incorporados a la resurrección del Señor por el Bautismo; y en ella recibimos el Pan de vida.

La parroquia «nos sostiene con su oración, nos asiste si lo necesitamos con su caridad, nos anuncia el Evangelio, nos restituye en la gracia y nos educa en la fe». En ese templo, «somos miembros de la Iglesia peregrina y, desde ese templo, es lógico que seamos presentados a la Iglesia purgante y gloriosa».

¿Qué dice el catecismo sobre las exequias cristianas?

El catecismo de la Iglesia Católica dedica los números 1.680 a 1.690 a las exequias cristianas. En el nº 1.684, se lee: «Las exequias cristianas son una celebración litúrgica de la Iglesia. El ministerio de la Iglesia pretende expresar también aquí la comunión eficaz con el difunto, y hacer participar en esa comunión a la asamblea reunida para las exequias y anunciarle la vida eterna».

En el nº 1.689, el catecismo afirma: «Cuando la celebración tiene lugar en la iglesia, la Eucaristía es el corazón de la realidad pascual de la muerte cristiana. La Iglesia expresa entonces su comunión eficaz con el difunto: ofreciendo al Padre, en el Espíritu Santo, el sacrificio de la muerte y resurrección de Cristo, pide que su hijo sea purificado de sus pecados y de sus consecuencias, y que sea admitido a la plenitud pascual de la mesa del Reino».

Monseñor García Burillo señala que las razones que se dan para celebrar las exequias en el tanatorio están guiadas por «ese pernicioso individualismo» del que habla al principio de la carta: que si es más cómodo; que si nos ahorramos el desplazamiento; que si terminamos antes; que si la gente va a venir igual…

Pero a un cristiano no le despide la gente: «Le despide su comunidad que, aunque no lo conozca, participa de un mismo Espíritu y se reúne en un sitio concreto para actualizar cada domingo la resurrección del Señor».

Está en juego la esencia del cristianismo

El obispo de Ávila señala que mucho más grave todavía es aprovechar las capillas de los tanatorios para celebrar Misa exequial los días que las normas la prohíben expresamente. Esto es una clara manifestación de un erróneo cristianismo a la carta. El prelado subraya que «esa práctica hay que desterrarla para siempre». Y también pone de manifiesto que algunos sacerdotes han sufrido insultos y amenazas por su fidelidad a la Iglesia en estos puntos: «No es extraño que se intente ganar su decisión aprovechándose de sus buenos sentimientos y de la tristeza del momento». El prelado agradece a los párrocos los sufrimientos que han padecido por su recta actitud.

Finalmente, monseñor García Burillo recuerda que ningún sacerdote puede celebrar las exequias en una iglesia que no sea la parroquial, a no ser que cuente con la explícita autorización del obispo para cada caso. Está en juego «la propia esencia del cristianismo como comunidad de hermanos».