Mónica Miller: «En Samoa se ofrece a los turistas vivir dos veces la Navidad» - Alfa y Omega

Mónica Miller: «En Samoa se ofrece a los turistas vivir dos veces la Navidad»

María Martínez López
Foto cedida por Monica Miller.

Samoa Americana será el último territorio en entrar en 2022, 24 horas después que su vecina Samoa. Países distintos, dos fechas, y una sola cultura.

¿Cuándo llegó el Evangelio a las Islas Navegador, el archipiélago que hoy es Samoa y Samoa Americana?
El primer misionero fue el inglés John Williams, de la Sociedad Misionera de Londres [una organización evangélica interconfesional, N. d. R.], en 1830. Los misioneros estaban acompañados de maestros misioneros de Tahití y las islas Cook y una pareja de samoanos desde Tonga. «Al cabo de unos pocos años, prácticamente toda Samoa se había convertido al cristianismo. Dentro del espíritu de la recién convertida nación se engendró un celo ardiente por el Evangelio», dicen los archivos de la Iglesia cristiana congregacional de Samoa, fundada según la enseñanza de la sociedad misionera. «Gran cantidad de personas pronto se ofrecieron para la misión en el extranjero. En 1839, solo nueve años después de su llegada, los primeros doce misioneros samoanos partieron rumbo a Melanesia».

El 12 de octubre de 1832, John Williams y sus misioneros llegaron a la aldea de Leone en Tutuila, la isla principal de lo que ahora es Samoa Americana. Hay una iglesia cerca del lugar donde tocó tierra. Ahí es también donde llegaron los primeros misioneros católicos. Eran sacerdotes franceses, los padres Fondaire y Violette. Según los relatos de los ancianos de Leone, fueron ellos los que crearon la primera escuela forman el Tutuila. Luego les siguieron las hermanas maristas.

¿Americanos, o samoanos?
Esto no es ni América ni Samoa, es Samoa Americana, y eso resume nuestra esencia, el espíritu y el sabor de este territorio. Tenemos un encaje maravilloso de la cultura americana y la forma de vida samoana. El sistema educativo es el de Estados Unidos y hablamos inglés con su acento. La televisión (fuimos de las primeras islas del Pacífico en tenerla, en 1962) emite casi todos los programas americanos, y casi todas las familias tiene parientes allí que nos visitan, o nosotros vamos de vacaciones o para estudiar. Tenemos McDonald’s y otros restaurantes célebres de comida rápida, y casi todas las importaciones son estadounidenses. Esto es América en una islita.

¿Desde cuándo es así?
La Samoa Americana se convirtió en territorio de Estados Unidos por su propia voluntad, no como botín de guerra. Los matai de las islas orientales no querían ser parte de las guerras civiles en las que Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos apoyaban a unos jefes u otros. Y con los intereses comerciales e imperiales en el corazón cedieron las islas en 1900. La Marina de Estados Unidos las administró desde entonces hasta 1956, cuando la autoridad se transfirió al Departamento de Interior. Era su responsable el que nombraba a los gobernadores hasta 1977, cuando votamos a nuestro primer gobernador elegido localmente.

Tenemos nuestras propias leyes, algunas diferentes a las de Estados Unidos. La Constitución recoge la protección a los matai, a la posesión de tierra y a la cultura samoana. Nuestro poder legislativo está formado por el Senado, que reúne a 18 matai elegidos en cada distrito por consenso entre todos, y por el Congreso, con 21 miembros que se eligen por votación popular cada dos años. También tenemos nuestro sistema judicial propio, con jueces nombrados por el Secretario de Interior por recomendación del gobernador.

Eso sí, como recibimos millones de dólares en fondos federales tenemos que acatar las regulaciones federales. Las relacionadas con el medio ambiente y la pesca a veces entran en conflicto con las prácticas locales.

¿Los matai?
El Fa’a matai es el sistema de jefes. El matai es el protector de la familia y toma decisiones por ella. Lo eligen sus miembros por consenso. Aunque se está convirtiendo en la regla que cuando su puesto está vacante las familias no logran un acuerdo y terminan en los tribunales. Las aigas son las familias, aunque también puede referirse a un clan extenso de más de dos docenas de familias. Para los samoanos, las aigas son lo más valioso que tienen. Su apellido define quiénes son.

Es parte de la estructura social que comparten con la vecina Samoa.
Somos la misma raza y compartimos idioma y cultura. Aunque los sistemas de gobierno son diferentes, los líderes políticos acatan los vínculos culturales y familiares. Esto se basa en la creencia de que todo Samoa es una única familia. Repiten mucho que «O Samoa o le tino e Tasi. e Tasi le fala, Tasi le aluga: Samoa es un solo cuerpo, una estera, una almohada».

¿También se mantienen los vínculos personales?
Casi todas las familias de aquí tienen parientes allí y viceversa. Por ejemplo, tanto mi difunto esposo como yo somos de Samoa, y mi madre, que tiene 92 años, vive allí con tres de mis hermanos. Los visito con frecuencia, como estoy haciendo ahora. Tengo además una hermana en Australia, un hermano en Fiji y otro marista en Nueva Zelanda. Cada vez que hay bodas, funerales o cualquier celebración aquí o allí, acudimos de ambas partes. Solo estamos a 35 minutos en avioneta. En barco serían ocho horas. Lo mismo pasa con los eventos eclesiales, como la dedicación de una iglesia. Aunque nos convertimos en una diócesis independiente a mediados de los 1980, todavía hay lazos estrechos entre ambas.

Sin embargo, desde el 29 de diciembre de 2011, cuando Samoa pasó al otro lado de la línea que marca el cambio de día y, así, directamente al día 31, ¡hay un día entero de diferencia entre ustedes!
Entonces hubo resistencia por ambas partes, pero ahora la gente se ha acostumbrado, y tiene ventajas. Los empresarios que viajan de un sitio a otro dicen que les ahorra tiempo y genera más productividad. Por ejemplo, si están en Samoa pueden coger un avión el viernes y aún así llegar a tiempo a reuniones en la Samoa Americana porque allí el viernes es el día siguiente. También puede comprar bienes y servicios de sus contrapartes, y volver a tiempo para empezar la semana el lunes. En la Samoa Americana también lo aprovecha. Una de las promociones turísticas en ambos sitios es invitar a la gente a vivir el mismo día dos veces, especialmente aniversarios, cumpleaños, Navidad o Año Nuevo.

¿Qué le pide Samoa Americana al año nuevo?
Nos enfrentamos a una fuga de cerebros: los jóvenes dejan el país y buscan praderas más verdes en Estados Unidos por la falta de oportunidades. Según el censo de 2020, la población se redujo un 10,5 % respecto a 2010. Desde que empezamos a elegir a nuestros gobernadores, los empleos públicos se han convertido en una zanahoria para conseguir votos. Ofrecen un sueldo seguro y un buen sistema de jubilación pero no están basados en un sistema competitivo. Los que han emigrado a Estados Unidos no ven futuro a volver a casa así.

La población local también sufre de problemas de salud muy graves. Tenemos una de las tasas más altas de enfermedades no contagiosas y hay más jóvenes muriendo de ellas. Otro problema apremiante son las drogas. Los periódicos están llenos de historias de jóvenes y adultos enfrentándose a cargos por esto. Las metanfetaminas y la marihuana son las principales, pero también ha habido casos de alijos de cocaína. Y en otros, se ha usado a estudiantes de instituto como vendedores. Se sospecha que el aumento de la tasa de suicidios entre jóvenes está vinculado a ello. Hubo 72 entre 2005 y 2016.

Además, como la mayoría de islas del Pacífico sentimos los efectos de la subida del nivel del mar. Este año, en Aunuu, las olas llegaron a meterse en las casas de las familias y un dique que protegía una iglesia y una casa casi se derrumbó. Las olas altas se han llevado carreteras de costa y ha reducido a un carril la carretera que une los dos extremos de la isla.

¿No hay una corriente a favor de la independencia o de volver a unirse a Samoa?
En casi 40 años ha habido al menos tres revisiones de la Constitución. Y el consenso siempre ha sido mantener el statu quo. Los samoanos americanos sienten que esta asociación les ofrece muchos beneficios que otros habitantes del Pacífico no tienen. Hay guardería gratis, educación primaria y secundaria, un sistema de salud bastante subvencionado, muchos programas sociales como cupones de comida para los niños y las madres lactantes, los ancianos y las personas con discapacidad. Pueden viajar sin visado y unirse a las Fuerzas Armadas. De hecho, tenemos el número de militares per cápita más alto de todo el país.

¿Cómo es el día a día allí?
Las conservas de atún son la mayor industria del país, con 2.000 empleados. Otras profesiones relacionadas constituyen más del 80 % de nuestra economía. El Gobierno y las entidades semigubernamentales emplean a unas 10.000 personas. Las familias son más grandes que en los países occidentales, y muchas viven con otros parientes.

En tres pinceladas

Una comida: Pua’a, cochinillo asado de la forma tradicional. Se sala y adereza con hierbas locales y se coloca sobre hojas de mango en un horno de tierra llamado umu. Si está bien hecho, la piel cruje al morderlo y la carne es tierna y deliciosa. A la vez se puede hacer taro (un tubérculo más grande que la patata), bananas o frutipan. También se come palusami, hojas de taro con crema de coco.

Un dicho: O le ala I le pule o le Tautua. El liderazgo se logra por el servicio. La major forma de describirlo es cuando se convierte en jefe de la familia un hombre sin título a base de sudar y trabajar duro para server a los mayores. Van a la plantación para cultivar y cosechar la comida, preparan el umu y hacen lo que se les pide. Llevan su apellido con orgullo y lo hacen lo mejor que pueden en la aldea, la iglesia y los actos comunitarios.

Un santo al que se tenga devoción: En la catedral hay enterrada una reliquia de san Pedro Chanel, único santo del Pacífico. En catequesis y clase de Religión se habla de él.

¿Se ha inculturado el cristianismo en la cultura samoana?
El primer cardenal de las islas del Pacífico, el samoano Pio Taofinu’u (1923-2006), incorporó partes de faaSamoa, nuestra cultura, a la Misa. Por ejemplo, en las celebraciones solemnes se incluye la ceremonia tradicional de reconciliación. En las ordenaciones sacerdotales, el candidato se arrodilla delante del altar cubierto por una estera finamente tejida, uno de los objetos más preciados aquí. El coro canta un himno cuya letra pide el perdón de Dios a su pueblo indigno. El ordenando hace una apasionada súplica para que se le perdone cualquier transgresión. Después de cinco o diez minutos, el celebrante le quita la estera, le ayuda a levantarse y le abraza como signo de que su petición ha sido aceptada.

También, durante el ofertorio, hombres con el pecho descubierto y cubierto en aceite acompañan a los que llevan el pan y el vino al altar. La procesión también incluye a una taupou, una virgen con su traje tradicional: tocado y siapo, un vestido de estera tejida con accesorios de colores. También se incluyen ofrendas relacionadas con nuestra cultura. Esta tradición se basa en la presentación de la sua, una ofrenda a las personas muy importantes. Es una alusión al más grande honor y respeto que se debe a Dios.

¿Cómo han celebrado la Navidad?
Es una época especial. Los coros ensayan villancicos y aprenden otros nuevos. En los colegios católicos también hay conciertos de Navidad con canciones y bailes y a veces intercambio de regalos. En Nochebuena, nuestra parroquia, que es la catedral de la Sagrada Familia, tiene una Misa en inglés para la comunidad internacional, a media tarde, y otra a las ocho o las nueve para los samoanos. Acaba tarde, y luego la gente se queda felicitándose. Algunos tendrán luego fiesta en familia, pero los miembros del coro no pueden trasnochar mucho porque al día siguiente tienen la Misa de Navidad. Como en Occidente, las familias se juntan para compartir una comida, darse regalos y celebrar el nacimiento de Jesús. En Año Nuevo es parecido.

¿A qué se dedica en la parroquia?
Desde hace 30 años estoy en el coro de la comunidad internacional. También soy lectora, visito a los ancianos y enfermos y soy miembro del grupo Marcellin Champagnat, que busca alimentar a los jóvenes para seguir el camino de María y quizá responder a la llamada a la vocación religiosa. Intento mantenerme activa con mis nietos y apoyar las actividades de jóvenes de la parroquia.

¿Qué más se hace con los niños y jóvenes?
Cada parroquia tiene sus programas. En la Sagrada Familia hay una Misa mensual de jóvenes. También están en el coro, son ministros de la Eucaristía o lectores. Cada verano se organiza un programa de actividades culturales, deporte y danza litúrgica en el que compiten las tres vicarías.

Hay un domingo especial para los niños, tanto en Samoa como en la Samoa Americana, el Lotu Tamaiti, en el que los niños de catequesis se visten de blanco con sus mejores galas y cantan himnos, rezan y recitan versículos de la Biblia. Luego se les prepara su comida favorita.

En 1970 san Pablo VI les visitó. Debió de ser algo emocionante en un lugar tan remoto.
Yo tenía 10 años cuando vino a Samoa, mi país, y mi madre me llevó a mí y a mis dos hermanos pequeños. Aparcamos al lado de la carretera por la que iba a pasar al salir del aeropuerto. Me resultó muy incómodo dormir en el coche y nunca llegamos a verlo, solo fotos en el periódico. Incluso siendo tan pequeña sabía que era algo muy significativo para nosotros. Ahora que soy adulta me maravilla que de todos los países que podía haber visitado eligiera las Samoas, y también me doy cuenta de que el primer cardinal del Pacífico fue un samoano, Piu Taofinu’u, algo de lo que estamos orgullosos todos, no solo los católicos.

Es la segunda vez que lo menciona.
Era un hombre santo, muy inteligente y sabio. Estaba orgulloso de su cultura e inspiraba respeto. Fue un líder visionario y un pionero en muchos frentes. Una de sus facetas menos mencionadas es que lideró el movimiento ecuménico en Samoa. Los líderes de las otras religiones lo respetaban, y lo que decía era como el Evangelio. El Consejo Nacional de las Iglesias de Samoa es muy activo y ha hablado sobre políticas y decisiones del Gobierno.

Samoa Americana
Población:

46.000 habitantes

Religión:

Protestantes, 80 % y católicos, 20 %

Renta per cápita:

10.200 €