En la solemnidad de Santiago Apóstol, la Iglesia en España hace siempre memoria de sus raíces cristianas. La Iglesia se edifica sobre una memoria hecha actualidad incesante en la Eucaristía. Cuestión primordial -de ser o no ser– para cualquier Iglesia local es la de la fidelidad a sus principios apostólicos en la fe, en los sacramentos y en la apertura del alma de sus hijos a la gracia y a los dones del Espíritu Santo para vivir la vida nueva del Evangelio. ¡Es también su cuestión vital hoy, en 2011! Julián Marías ha podido decir con agudeza luminosa, en su obra España inteligible, que «España se constituye animada por un proyecto histórico, que es su identificación con el cristianismo». Para la Iglesia en España se presenta, pues, como un deber pastoral primordial, hacer examen de conciencia sobre cómo está su respuesta a la llamada del Señor a evangelizar, en la situación concreta y actual de las personas, de las familias y de la sociedad española. Ante la llegada del Papa a Madrid para presidir la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, reviste una peculiar urgencia la pregunta: ¿cómo se encuentra el estado de la fe de nuestros jóvenes? La peregrinación por todas las diócesis de España de la Cruz y del Icono de la Virgen nos permite arriesgar un juicio positivo y alentador: la fe en Jesucristo, redentor del hombre, está viva y operante en nuestros jóvenes, dispuestos, incluso, a ser sus testigos ¡valientes y decididos! Y no son pocos. Es verdad que, entre ellos, hay muchos que han olvidado a Cristo; otros, en cuyas vidas no juega ningún papel, o no lo han conocido; incluso no faltan quienes lo combaten. La celebración de esta nueva JMJ en Madrid vuelve a ser para nosotros una extraordinaria gracia del Señor. Vamos, pues, a aprovecharla para un nuevo renacimiento de una fe fiel y firme, sin miedo a los enemigos de la Cruz de Cristo. ¡Sin someterse a ellos, siguiendo el ejemplo de san Pablo! Y, sobre todo, hagamos de la JMJ 2011 en Madrid la hora de la caridad ardiente. ¡Que los días de gracia y gozo cristiano de la JMJ de Madrid, siempre prodigiosos, hagan más profunda verdad en sus vidas el lema de la misma: Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe!