Marian Rojas Estapé: «Estamos ahora mismo en plena crisis de salud mental»
La psiquiatra, hija de Enrique Rojas, ha participado en el acto de conmemoración de los 25 años de la Fundación El Buen Samaritano, celebrado este viernes, 17 de noviembre, en el Seminario Conciliar de Madrid
«La desesperanza se ha instalado» en muchas vidas, «pero hay esperanza». «Que no perdáis la ilusión por ser los que aliviáis a los que sufren». La doctora Marian Rojas Estapé se ha dirigido con estas palabras a los integrantes de la Fundación el Buen Samaritano durante el acto de conmemoración de sus 25 años de vida. Nacida al amparo de la archidiócesis de Madrid con el objetivo de atender a las personas con enfermedad mental grave, la fundación celebra su cuarto de siglo de vida centrada en la salud mental, tan debilitada en estos tiempos.
«Estamos ahora mismo en plena crisis de salud mental», ha afirmado Rojas Estapé, en la que afloran los «dos grandes problemas del siglo XXI»: la depresión y la ansiedad. «Los que se queda enganchados en el pasado son los depresivos, los que viven angustiados por el futuro son los ansiosos». Ante este panorama, la doctora ha querido recordar que «nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu están totalmente unidos». Por eso, «cuando nos enfrentamos a la patología mental no tenemos que mirar solo un neurotransmisor o los fármacos». «Nada depende solo de una medicación».
Junto a la ansiedad y la depresión, la doctora Rojas Estapé ha identificado la soledad como «la gran pandemia del siglo XXI, con permiso de la COVID-19». «Las buenas relaciones con las personas nos salvan, o dicho de otra manera, la soledad mata». Por eso, ha puesto de relieve la labor de los trabajadores de la fundación, porque «a esas personas las estáis sacando de ese círculo de la soledad». Así, ha afirmado que «los abrazos bajan de golpe los niveles de cortisol», la conocida como hormona del estrés.
Los pacientes necesitan saber, ha dicho, «que hay alguien que confía en ellos», que está orgulloso de ellos. Es mirarlos, porque «saber mirar es saber amar». «Cuando dos personas se miran a los ojos los dos hemisferios derechos se sincronizan y se libera oxitocina, el signo bioquímico de la empatía, la hormona de la confianza, del “te veo y no te juzgo, te transmito paz”». Así, ha afirmado, «vosotros, los buenos samaritanos, sois personas que reciben y alivian el sufrimiento».
Ante un auditorio de cerca de 300 personas, compuesto en gran parte por profesionales y voluntarios cuidadores de personas con enfermedad mental, Rojas Estapé ha hablado del sentido de la vida; de una sociedad que sufre porque, ante la falta de este sentido, lo sustituye por sensaciones, y de lo importante que es que el cuidador se cuide: encontrar «espacios para la reparación», no juzgar… «Hay mucha gente que ha perdido las ganas de vivir, con adicciones, angustias, miedos, traumas, errores. Sois pequeñas luces para esas personas; sois vosotros los que les estáis dando las ganas de vivir». «Que seamos personas vitamina», ha concluido.
«La vida de las personas merece la pena»
El acto ha estado presidido por el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, que ha comenzado haciendo alusión a la parábola del buen samaritano. Ninguno de los que pasaron ante el herido en aquel texto evangélico tuvo «ganas ni tiempo» para él. «Solo uno lo miró de otra manera», y aquel «que dedicó tiempo y mirada fue el que cambió la vida de aquella persona». Con el nacimiento de la fundación, ha continuado el cardenal, «se empieza a afirmar que la vida de las personas merece la pena», que «la vida también se relata no solo desde a los que aparentemente les va muy bien, sino desde la periferias, desde aquellos que no son relatados por nadie».
En este sentido, ha alabado la labor de los profesionales de la fundación, que «seguís diciendo que se puede ser en esta sociedad un buen samaritano y que podemos aportar mucho a la sociedad». Desde el principio, ha continuado, «la Iglesia ha entendido que el cuidado a todos, también a los que están al margen, es nuestra tarea prioritaria». En este sentido, ha abundado: «Jesús nos cita en cada enfermo, en cada persona débil; si alguien lo busca, estáis en un puesto privilegiado». «En esa relación de cuidado y de ayuda Dios está hablando».
El arzobispo ha concluido dando gracias a la fundación por poner alma en su trabajo, «por hacernos ver el valor de la fragilidad». «En un mundo donde solo vale el que más dinero gana, vosotros tocáis una realidad preciosa», que es la de aquellos que no son «aparentemente perfectos». «El mundo será mejor —ha afirmado— cuando aprendamos a vivir con el sufrimiento y a vivir unos con otros». «Vosotros mostráis que la debilidad pertenece a la esencia de la vida», y «a este mundo lo rescatan los samaritanos».
En el acto ha estado también presente Javier Lapastora, presidente delegado de la fundación, que ha afirmado que los trabajadores y voluntarios «sois los que hacéis importante» a la entidad. Junto a él han asistido Diego Pulido, director general de la fundación; Gabriel Benedicto, vicario de la Vicaría VI de la diócesis de Madrid y miembro del patronato, así como trabajadores, voluntarios y personas atendidas a lo largo de estos 25 años.