Maria Nyman, secretaria general de Cáritas Europa: «Hay pobreza en todas partes»
Es la secretaria general de Cáritas Europa, que reúne a 46 países. ¿Cuál es el trabajo que hacen en común ante la invasión de Ucrania?
Cáritas en Ucrania lleva trabajando muchos años, ofreciendo soporte a la gente que sufría las tensiones de la parte este, en la zona del Dombás. Tras la escalada del conflicto con Rusia ha sido sencilla la movilización, tanto en el país como en los países vecinos, para proveer de asistencia, alimentación o soporte psicosocial a refugiados y desplazados.
Usted ha trabajado en el campo de la salud mental en Europa durante años. ¿Está implementando este conocimiento en Cáritas?
Muchas Cáritas ya están ofreciendo soporte en este sentido y, además, es algo que va en aumento. Yo, en concreto, trato de implementar mi experiencia a través de mi equipo, con buenas prácticas laborales, respetando la conciliación… y, respecto a los proyectos en cada país, siempre está presente esta dimensión del desarrollo de la persona.
En Cáritas Bratislava explican que, de momento, los refugiados desde Ucrania llegan «fuertes». Pero según avance el conflicto, los problemas de salud mental aumentarán.
La necesidad de atención psicosocial irá creciendo, claro, tanto para los niños como para los adultos. Los trabajadores de Cáritas en los países vecinos lo saben, y están preparados.
Usted participa en las European Catholic Social Days para debatir sobre los desafíos sociales en Europa en este momento crucial. La pospandemia, ahora Ucrania… ¿qué más?
Había muchos retos antes de la COVID-19 que la pandemia ha exacerbado. En Europa mucha gente malvive en la calle, en cobertizos, con niños creciendo en medio de la pobreza… Hay muchos retos. Además, el coronavirus ha provocado que mucha gente haya perdido su trabajo, que ahora no tenga acceso a la seguridad social… La pandemia ha mostrado los agujeros de nuestro Estado del bienestar: hay mucha gente viviendo bajo el umbral de pobreza.
¿Cómo ha afectado la pandemia a la salud mental?
Hay una generación entera que ha quedado tocada. Necesitamos relaciones humanas, y su ausencia ha hecho que hayan crecido los miedos, la ansiedad y el número de suicidios. Es algo que irá para largo, de lo que veremos las consecuencias, y es un campo en el que tenemos que centrar la atención.
¿Notan ya en las Cáritas en Europa el incremento de la factura energética?
Sí, ya se nota en las familias. Esto creo que es solo el principio.
¿Cuál es el país más pobre de Europa?
Moldavia, pero hay pobreza en todas partes de Europa y ahora, con la crisis en Ucrania, es el momento de ofrecer apoyo al país y a los vecinos acogedores.