María abortó en la adolescencia: «No te dejes confundir, un hijo nunca es un error ni un castigo»
El testimonio de una mujer que abortó cuando era adolescente, y a la que ayuda el Proyecto Mater, marcó el primer Acto Homenaje a los No Nacidos organizado por el Arzobispado de Toledo
«Cuando era una adolescente, mi novio y yo concebimos un hijo. El pánico y la desesperación se apoderó de ambos. En secreto, gracias a un amigo, contactamos con alguien que nos ayudaría a solucionar el problema. La solución: el maldito aborto. Y sí, lo hicimos y ya nada fue igual, porque con mi pequeño se marchitó mi vida como una rosa que se arranca del rosal. Depresiones, autodestrucción, soledad, angustia, tristeza, culpa, vacío, ganas de morir, insomnio, autodesprecio, añoranza permanente de ese bebé que no nació por mí culpa, eso y más infelicidad reinaron en mi vida por años. No conozco nada tan espantoso y repudiable como condenar a muerte al que es sangre de tu sangre, carne de tu carne y fruto de tus entrañas. Por eso digo que no importa tu edad, no importan las circunstancias ni la forma ni si estará enfermo ni lo que dirán…, apuesta por la vida. No dejes que te confundan, nunca un hijo es un error ni un castigo. Es una bendición».
Son palabras de María, nombre ficticio, una mujer con síndrome posaborto, a la que está acompañando Proyecto Mater, y que hoy más que nunca apuesta por la vida. Su testimonio provida invitaba a implicarse en el Acto Homenaje a los No Nacidos que por primera vez se celebró en la ciudad de Toledo; un acto que con motivo del día de los Santos Inocentes fue organizado por el Grupo de Trabajo Evangelium Vitae de la archidiócesis de Toledo, formado por Cáritas Diocesana de Toledo, Proyecto Mater, la Delegación de Familia y Vida, el Secretariado de Pastoral de la Salud y el Grupo Areópago. Un homenaje que reunió a unas cien personas, la mayoría de ellas familias, en el que se rezó por la vida humana y por cada uno de los niños que cada día –300 niños, según cifras oficiales– mueren en España a causa del aborto.
Los asistentes, unidos en oración con el rezo de un rosario por la vida que recorrió el paseo de Merchán de Toledo, expresaron su compromiso de promover, impulsar y activar la cultura de la vida, pues tal y como expresaron en el manifiesto que se leyó a continuación, «nuestro mundo no será justo ni pacífico, ni progresará, ni será verdaderamente humano ni libre, mientras no se respete el derecho a la vida de todo ser humano, sea cual sea su origen, su estado de salud, o las expectativas de vida que tenga».
Así, se reivindicó que «tenemos que defender la vida de aquellos de los nuestros que hoy están amenazados de mil maneras, por tantos frentes y de tantas formas a veces muy sutiles». De este modo, hicieron visibles a tantos santos inocentes que no son portada en la prensa ni son noticias, porque nadie los reivindica…
El delegado episcopal de Cáritas Toledo, José María Cabrero, afirmó que «hoy más que nunca estamos llamados a ser pueblo de la vida con la oración y el compromiso», recordando las palabras de San Juan Pablo II en Evangelium vitae de que «estamos en una enorme crisis de humanidad que afecta a la dignidad humana y sus derechos».