Los siete nuevos santos «no son héroes, sino hombres y mujeres auténticos» - Alfa y Omega

Los siete nuevos santos «no son héroes, sino hombres y mujeres auténticos»

El Papa León XIV eleva a los altares a siete nuevos santos y destaca la importancia de la oración para seguir sus huellas

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Un momento de la canonización.
Un momento de la canonización.

El Papa León XIV ha canonizado este domingo a José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, primeros santos venezolanos, en una abarrotada plaza de San Pedro, que reunió para la ocasión a 55.000 personas, de los cuales 5.000 eran originarios de Venezuela.

Junto a ambos, el Santo Padre ha canonizado también a otros cinco testigos de la fe, que ofrecen su aportación al mosaico de santidad de los santos de la Iglesia.

«Algunos son mártires por su fe», como el arzobispo armenio Ignacio Choukrallah Maloyan y el catequista papú Pedro To Rot; otros «son evangelizadores y misioneras», como la hermana María Troncatti, salesiana italiana dedicada a las poblaciones del Ecuador; «otras son carismáticas fundadoras», como la italiana Vicenza María Poloni, que creó el Instituto de las Hermanas de la Misericordia de Verona, y Carmen Rendiles, que estableció la Congregación de las Siervas de Jesús. Algunos, en cambio, «son benefactores de la humanidad con un corazón ardiente de devoción» como el italiano Bartolo Longo y o el propio José Gregorio Hernández, ambos laicos comprometidos con los más pobres.

El Papa durante la celebración.
El Papa durante la celebración. Foto: Vatican News.

Siguiendo sus huellas, el Papa preguntó «si cuando escuchamos el llamado de quien está en dificultad, ¿somos testigos del amor del Padre, como Cristo lo fue hacia todos?». En este sentido, Jesús «es el humilde que llama a los prepotentes a la conversión, el justo que nos hace justos, como atestiguan los nuevos santos de hoy», los cuales «no son héroes ni paladines de algún ideal, sino hombres y mujeres auténticos».

En la ceremonia, como es tradicional, el prefecto del Dicasterio para la Causa de los Santos leyó las biografías de los beatos y pidió que se inscribiesen sus nombres en el libro de los santos. Tras la fórmula en latín de la canonización leída por el Papa se escuchó un fuerte aplauso en la plaza de San Pedro.

Para crecer en santidad como hicieron estos siete testigos, León XIV subrayó la importancia de la oración: «Así como no nos cansamos de respirar, no nos cansemos de orar. Como la respiración sostiene la vida del cuerpo, la oración sostiene la vida del alma: la fe se expresa en la oración, y la oración auténtica vive de la fe».

Solo así «la fe sobresale» en comparación con los bienes materiales, culturales, científicos y artísticos. «No porque estos deban despreciarse, sino porque sin la fe pierden su sentido», añadió.

Mirando la cruz

Por último, el Pontífice pidió mirar a la cruz de Cristo pues «revela la justicia de Dios, es decir, el perdón, porque Él ve el mal y lo redime cargándolo sobre sí». Del mismo modo, «cuando nosotros estamos crucificados por el dolor y la violencia, por el odio y la guerra, Cristo ya está allí, en la cruz por nosotros y con nosotros».

Así, «no hay llanto que Dios no consuele, ni lágrima que esté lejos de su corazón. El Señor nos escucha, nos abraza como somos, para transformarnos en lo que Él es».

Por eso, «quien rechaza la misericordia de Dios permanece incapaz de mostrar misericordia al prójimo». Y «quien no acoge la paz como un don, no sabrá donarla».