El Papa denuncia en la FAO el «uso de alimentos como arma de guerra»
Además de criticar el uso de alimentos como arma de guerra, el Papa León XIV ha pedido «voluntad real» para alcanzar el objetivo de «hambre cero» incluido en la agenda 2030
León XIV ha denunciado el «uso de los alimentos como arma de guerra» como «una estrategia cruel». Ha sido en la mañana de este jueves durante su intervención en los actos del Día Mundial de la Alimentación en la sede romana de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Al acto también asiste la Reina Letizia.
«Los escenarios de los conflictos actuales han hecho resurgir el uso de los alimentos como arma de guerra», ha lamentado el Santo Padre. Esto contradice «todo el trabajo de sensibilización llevado adelante por la FAO durante estas ocho décadas», ha añadido, en alusión a la celebración del 80 aniversario de la fundación de esta agencia.

En su largo discurso, pronunciado en español e inglés, León XIV ha aseverado que «cada vez parece alejarse más ese consenso expresado por los Estados que considera la inanición deliberada un crimen de guerra». Lo mismo ocurre con las acciones para impedir el acceso a los alimentos de comunidades y pueblos enteros.
Esto contrasta con el hecho de que «el derecho internacional humanitario prohíbe sin excepción atacar a civiles y bienes esenciales para la supervivencia de las poblaciones». En este sentido, ha subrayado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ya condenó unánimemente esta práctica, «reconociendo la conexión entre conflictos armados y la inseguridad alimentaria».
Todo ello ahora «parece olvidado. Con dolor, somos testigos del uso continuo de esa estrategia cruel, que condena a hombres, mujeres y niños al hambre, negándoles el derecho más elemental: el derecho a la vida», ha denunciado.
Desde gobiernos a cada persona
En línea con su primera exhortación, Dilexi te, el Papa ha agregado que «el silencio de quienes mueren de hambre grita en la conciencia de todos». Aunque, ha apostillado, «a menudo sea ignorado, acallado o tergiversado». Este clamor «requiere la veloz respuesta de cada nación, de cada organismo internacional, de cada instancia regional, local o privada».
El Santo Padre ha citado también la necesaria implicación de las ONG, las entidades académicas y la sociedad civil, «sin olvidar a cada persona en particular». Todos han de «ver en el sufrimiento ajeno algo propio. Quien padece hambre no es un extraño. Es mi hermano». Por ello, ha subrayado que su rostro hambriento «nos invita a reexaminar nuestros estilos de vida, nuestras prioridades y en general nuestra forma de vida».
Papel de las mujeres
Por otro lado, a cinco años de la fecha límite establecida para cumplir la Agenda 2030, el Pontífice ha recordado «con vehemencia que alcanzar el “hambre cero” solo será posible si existe una voluntad real para ello, y no únicamente solemnes declaraciones». Y ha denunciado que en un tiempo de grandes avances científicos y tecnológicos, «permitir que millones de seres humanos vivan —y mueran— golpeados por el hambre es un fracaso colectivo, un extravío ético, una culpa histórica».

León XIV también ha reivindicado el necesario papel de las mujeres en esta batalla. Ellas «son las primeras en velar por el pan que falta, en sembrar esperanza en los surcos de la tierra, en amasar el futuro con las manos encallecidas por el esfuerzo». Reconocerlo y valorarlo «es garantía de una alimentación más humana y más duradera».