Los secretos a voces detrás de la mutilación de menores trans - Alfa y Omega

Los secretos a voces detrás de la mutilación de menores trans

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Cuatro años y 400 páginas después, el equipo dirigido por la doctora Hilary Cass dio a conocer recientemente sus conclusiones sobre los servicios de identidad de género para niños y jóvenes en el Reino Unido. Entre ellas, que estaban sometiendo cada año a miles de niños y adolescentes —en una década las derivaciones pasaron de 250 a 5.000— a tratamientos sin ninguna prueba sobre sus efectos a largo plazo. O que en Tavistock, el centro de referencia, se hormonó a menores dejando pasar el dato de que tres de cada diez menores con disforia de género tenían trastornos del espectro autista y que cuatro de cada diez pedían cambiar de sexo tras el fallecimiento o la separación de sus padres. Estos datos han empujado al Sistema Nacional de Salud británico a dejar de recetar bloqueadores de la pubertad a menores.

Era un secreto a voces para todo el que quisiera verlo. Por ejemplo, esos padres preocupados por el cambio radical en sus hijos —sobre todo hijas— al introducirse en el submundo de la apología trans en las redes sociales y empezar a reivindicarse como tales. Los más conscientes se enfrentaban a la titánica tarea de documentarse sobre la realidad y las secuelas de los tratamientos que los profesionales recetaban a sus retoños como si nada, para luego intentar impedirlo aun a sabiendas de que por preservar su salud podía surgir un agrio enfrentamiento.

Sin embargo, ese mal que se podría describir médicamente como ceguera por ideología es persistente. A pesar de lo ocurrido en Reino Unido y la marcha atrás que se está dando también en otros países como Finlandia o Noruega, los padres en naciones como España o, más recientemente, Alemania siguen enfrentándose a una maquinaria que continúa proponiendo la mutilación química o quirúrgica como única solución a los problemas de sus hijos, con el miedo siempre presente de que llegue el momento en que los muchachos puedan dar el paso sin contar con ellos.

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