Los millennials productores de una película sobre el primer beato millennial

Carlo Acutis murió con 15 años tras sufrir una leucemia fulminante y tan solo 14 años después fue beatificado en 2020. Antes de su muerte, el ahora beato fue todo un ejemplo de cómo sobrellevar la enfermedad y también se dedicó, entre otras cosas, a la evangelización, en buena medida desarrollada por internet; de ahí el sobrenombre de ciberapóstol.

Esta misma labor la continúan hoy dos jóvenes, Borja e Inés Zavala, que están haciendo una labor apostólica entre los enfermos, a los que precisamente llevan una reliquia del beato. «Hoy, por ejemplo, se la vamos a entregar a un niño que tiene cáncer», explica Inés. «Queremos que los enfermos, especialmente los jóvenes, puedan sentirse identificados con Acutis, y que sea un apoyo para ellos. La idea es dejarles la reliquia nueve días y, mientras tanto, rezar por estas personas», añade la joven, de 19 años.

Los hermanos Zavala están haciendo esta labor en paralelo al desarrollo de otro proyecto muy relacionado también con el joven beato italiano. Borja e Inés acaban de crear una productora llamada Custodian Movies, cuya primer largometraje, El cielo no puede esperar, abordará la figura de Carlo Acutis. «La película presenta cuatro testimonios impactantes. Uno de ellos es el de un joven que estaba metido en el mundo de las drogas, que era adicto al sexo y que por intercesión de Acutis cambió completamente su vida», adelanta Borja Zavala, que con 20 años es el director general de Custodian Movies. «Son testimonios que van a calar en lo más profundo de los espectadores».

El cielo no puede esperar recorrerá también, explica Borja, «los principales hitos biográficos del beato millenial, recreados en una parte de ficción, que va a ayudar a los espectadores a conocer más en profundidad su vida». Una vida que habla, puntualiza Inés, «de cómo los jóvenes también estamos llamados a transmitir la alegría de la fe a los demás».

A las visitas a enfermos y al lanzamiento de la película de Carlo Acutis –para la que han puesto en marcha un crowfunding con el que lograr la financiación necesaria–, se suma por último la creación de una fundación que Borja e Inés han puesto en marcha «para poder desarrollar otros futuros similares en el futuro», concluyen.