Los fieles van al Gemelli para rezar por el Papa - Alfa y Omega

Los fieles van al Gemelli para rezar por el Papa

El Santo Padre solo ha interrumpido el «reposo absoluto» ordenado por los médicos para seguir llamando a la parroquia de Gaza

Javier Martínez-Brocal
Una mujer ante la estatua de san Juan Pablo II fuera del Hospital Gemelli, el 15 de febrero
Una mujer ante la estatua de san Juan Pablo II fuera del Hospital Gemelli, el 15 de febrero. Foto: AFP / Filippo Monteforte.

Desde que el viernes pasado el Papa Francisco fue ingresado en el Hospital Policlínico Gemelli, decenas de personas se han acercado cada día a la plaza que hay bajo la ventana de su apartamento para mostrarle su cercanía. Muchas de ellas rezaron allí el ángelus del domingo y llevaron velas y cartas de apoyo. No pudo verlas, ya que los médicos le ordenaron «reposo absoluto» y él hizo caso con docilidad. Ni siquiera salió a la ventana. Sí mandó un recado: «Os agradezco el cariño, la oración y la cercanía con la que me estáis acompañando en estos días; también quiero agradecer a los médicos y a los operadores sanitarios de este hospital sus cuidados: realizan un trabajo muy valioso y fatigoso; ¡apoyémoslos con la oración!».

Las plegarias llegaban de todos los lugares. La Conferencia Episcopal Española invitaba a fieles y a «creyentes de otras confesiones» a pedir por él. Y la archidiócesis de Madrid animaba a que «en las Eucaristías del domingo, y mientras continue su situación delicada de salud, se haga una petición expresa» por ella.

La gran explanada del Gemelli cuenta con una estatua de Juan Pablo II, en recuerdo de su paso por este lugar. El Papa polaco fue el primer Pontífice que utilizó el «apartamento papal» del Policlínico; tanto es así que lo llamaba el «Vaticano número tres», aludiendo a que era su tercera residencia después del palacio de Castel Gandolfo. A él se accede por un largo pasillo que estos días vigilan atentamente guardias suizos y gendarmes, junto a la Policía Italiana. Juan Pablo II lo ocupó por primera vez el 13 de mayo de 1981, tras el atentado en la plaza de San Pedro que casi acabó con su vida. Hasta 2005, regresó otras nueve veces; la última, para realizarle una traqueotomía. Entre bromas, llamaba a la sala de reuniones la «habitación del cónclave», pues allí los doctores tomaban sus decisiones.

Lo curioso es que Benedicto XVI no necesitó nunca utilizarlo, pues tuvo una salud de hierro. El Papa Francisco ha estado ingresado cuatro veces, incluida esta. La primera, en julio de 2021, cuando tenía 84 años, a causa de una «estenosis diverticular del sigma». Se trató de una extirpación de divertículos para la que necesitó anestesia general. La segunda estancia, entre el 29 de marzo y el 1 de abril de 2023, fue para recuperarse de una bronquitis —aunque cuando fue dado de alta él mismo reveló que se había tratado de una pulmonía—. La tercera, en junio de ese año, para una operación en la que tuvieron que extirparle varios centímetros de intestino, bloqueado por algunas adherencias y cicatrices fruto de la operación de 2021. Cada vez que recibía el alta, el Santo Padre solía despedirse de los niños que recibían terapia oncológica en su misma planta. Luego, muchos pacientes, médicos, sanitarios y familiares, salían a la puerta o le esperaban en los pasillos para despedirle. 

En el hospital, Francisco ha respetado a la letra la petición de los médicos de reposo absoluto; incluso siguió por televisión la Misa del domingo. La única excepción fue para llamar, como cada día, a la parroquia de Gaza, en la que se están refugiando unas 500 personas. «Hemos oído su voz. Es cierto, está más cansado. Él mismo dijo: “Tengo que cuidarme”. Pero pudimos oír su voz claramente, nos escuchó bien», explicó a medios vaticanos el párroco, Gabriel Romanelli. 

«No es la primera vez que lo encuentro en el hospital, y por eso lo siento mucho. Si tuvo que interrumpir una homilía es porque estaba mal. Él conoce su papel y sabe que todos contamos con él, católicos y no católicos, y estamos rezando por él», dice emocionada una mujer que trabaja en el Gemelli. «¡Gracias, Papa Francisco!», termina.

Muy pocos quieren hablar, porque quizá no encuentran las palabras. «Estoy rezando por él», reconoce una paciente en la entrada del Policlínico. «Está en buenas manos», asegura uno de los médicos que trabajan aquí. «Se le veía muy cansado en la televisión. Necesitamos personas como él», explica otra. «Ha sido una noticia inesperada. Se le veía mal en las últimas semanas», asegura una futura doctora, que hace prácticas en este lugar.

En la basílica de San Pedro, muchos peregrinos que habían venido para atravesar la Puerta Santa también han aprovechado para detenerse a rezar por el Papa. El flujo de personas se ha multiplicado estos días. Y cuando se escucha por los altavoces que algún sacerdote propone oraciones, con emoción, en el Vaticano responden también con aplausos.

La salud de Francisco

2021

  • 4 al 14 de julio: Le operan de una estenosis diverticular de colon. Aprovecha para visitar a los niños.

2023

  • 29 de marzo a 1 de abril: Ingresa por una bronquitis. Después, relata a un amigo que en realidad fue una pulmonía.
  • 7 al 16 de junio: Segunda operación de intestino, para extirparle varios centímetros por unas adherencias.

2024

  • 24 de febrero: Empieza a mostrar síntomas de gripe, que le acompañan hasta finales de marzo.

2025

  • 6 de febrero: Tras semanas resfriado y con gripe traslada su agenda a Casa Santa Marta por una bronquitis.
  • 14 de febrero: Ingresa en el Hospital Policlínico Gemelli para continuar allí el tratamiento.