Los cristianos sirios tienen «miedo a lo que pueda ocurrir con las minorías»
Aunque las masacres contra civiles se produjeron en la costa, los salesianos de Damasco se han visto obligados a suspender sus actividades dos fines de semana seguidos
«Los últimos días han sido de mucha angustia y preocupación», subraya para Alfa y Omega desde Siria el misionero salesiano Miguel Ángel Condo. «No solo para los cristianos sino para toda la población de Damasco», matiza. Hay un «miedo latente a lo que pueda ocurrir contra las minorías en Siria».
A ello se suma «la huella profunda de dolor» por la muerte de cientos de personas —1.093 según ha asegurado este martes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos—. Algunas en «ejecuciones sumarias», ha señalado la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
«Entre el miércoles y el viernes pasado llegaron las noticias de los enfrentamientos» en la zona costera de Latakia, Tartous, Hama y Homs entre grupos leales al derrocado Bashar al Assad y las fuerzas del nuevo régimen. A esto siguió «la respuesta desproporcionada contra la comunidad alauita», relata el salesiano.
Esta rama del islam, minoritaria en Siria y considerada herética —representa entre un 10 % y un 12 % de la población— recibió muchos privilegios durante las dictaduras de los Al Assad —primero Hafez y, los últimos 50 años, Bashar—. Por eso se la considera uno de sus principales apoyos y ahora está sujeta a represalias. Con todo, «entre las víctimas civiles también hubo cristianos», subraya Condo.
Actividades suspendidas
En la capital, los hijos de san Juan Bosco tienen un centro juvenil para 1.150 muchachos y jóvenes, de 8 a 30 años, donde además de catequesis ofrecen deportes, danza, coro o manualidades. Pero, aunque la violencia ha sido mucho menor allí, «hemos tenidos que interrumpir las actividades dos fines de semana consecutivos», relata Condo.
En efecto, ya el viernes 28 de febrero «hubo enfrentamientos entre drusos y miembros de HTS [el grupo armado que tomó el control del país en diciembre, N. d. R.] en Mlieha y Jaramana, el barrio con mayor porcentaje de cristianos que participan en nuestro centro». El balance fue solo de un muerto, pero también se cerraron los accesos a la zona. «Ese sábado muchas familias decidieron no mandar a sus hijos a catequesis».
Este fin de semana, «había amenazas de manifestaciones a favor del HTS» y, aunque al final no tuvieron mucha magnitud por la lluvia, se volvieron a cancelar los grupos. Temían «no contar con la seguridad para poder transportarlos», pues la congregación les ofrece autobuses, y también que los chicos «no pudieran volver a casa porque podían cerrar los accesos de un momento a otro».