Los contemplativos «son como faros que iluminan nuestro camino» - Alfa y Omega

Los contemplativos «son como faros que iluminan nuestro camino»

La Iglesia celebra el domingo la Jornada Pro Orantibus. Para los obispos españoles, monjes y monjas «nos hacen descubrir a Dios como un tesoro»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto de recurso de unas monjas contemplativas
Los contemplativos «escuchan nuestros temores y esperanzas y se los confían a Dios». Foto: CNS. 

«La oración personal y comunitaria, elevada al Señor con fe sincera en medio de las vicisitudes de la propia existencia y del mundo, hace descubrir al Señor como tesoro de la vida». Este es parte del mensaje que la Comisión para la Vida Consagrada de la CEE ha publicado este jueves con motivo de la Jornada Pro Orantibus, que la Iglesia celebra el próximo domingo 15 de junio.

Con el lema Orar con fe, vivir con esperanza, los obispos piden a todos «volver a pasar por el corazón a los hombres y mujeres que se han consagrado en la Iglesia a vivir a imagen del misterio trinitario». Así, ponen el acento en una existencia «que se sostiene orando con fe, a imagen de Jesús, que se retira para encontrarse con el Padre», una forma de vivir en la que «no caben la apatía, la rutina, ni la desesperanza», sino que su fruto es justamente «una vida que se afronta con esperanza, con entera confianza en el Señor y en su querer para nosotros».

Monjes y monjas «han salido de su casa y de su tierra» dejando atrás en muchas ocasiones «una vida ya hecha y un porvenir prometedor según los cálculos humanos». En sus conventos y monasterios viven «en silencio y soledad», dedicados «a la oración común y personal, y a la vida fraterna». De este modo, «construyen la ciudad de Dios, rezando con fe y confiando en el Señor que cautiva, enamora y fascina ayer, hoy y siempre».

Por su forma de vivir, los contemplativos son «como faros que iluminan el camino de los hombres y mujeres de nuestro tiempo», que escuchan asimismo «los temores y esperanzas, gozos y sufrimientos de nuestro mundo y de la Iglesia, y se los confían a Dios».