Los cardenales urgen a un alto el fuego «permanente» y «sin condiciones previas ni más demoras»

En la última congregación general antes del cónclave, celebrada este martes 6 de mayo a partir de las 09:00 horas, los cardenales han hecho un llamamiento al alto el fuego para todos los conflictos activos en el mundo. «Invitamos a todos los fieles a intensificar su súplica al Señor por una paz justa y duradera», han indicado los purpurados en un comunicado oficial difundido por la Santa Sede.

En el escrito, los cardenales subrayan «con pesar» que «no se ha registrado ningún progreso en el avance de los procesos de paz en Ucrania, Oriente Medio y muchas otras partes del mundo». Más bien, «se han intensificado los ataques, especialmente contra la población civil». Esta se ha convertido en muchas guerras no en víctimas colaterales sino en objetivos militares para forzar a los gobernantes a replegar banderas.

En este contexto, el colegio cardenalicio urge a las partes implicadas a que se alcance «lo más pronto posible» un alto el fuego «permanente». Asimismo, les instan a negociar, «sin condiciones previas ni más demoras, la paz largamente deseada por los pueblos implicados y por el mundo entero».

El mensaje de los cardenales si sitúa en línea con el pontificado de Francisco. El Papa bonarense no dejó de advertir de que una nueva guerra mundial ya se estaba produciendo «a pedazos». En este sentido, el Santo Padre urgió a la Iglesia a intensificar la oración por el fin de la violencia y puso la maquinaria diplomática del Vaticano a trabajar para avanzar en esa «paz justa y duradera» que ahora han reiterado los cardenales.

Cabe señalar que varios purpurados han llegado a Roma procedentes de lugares en conflicto. Es el caso del cardenal Fridolin Ambongo Besungu, que reside en la República Democrática del Congo, del cardenal Charles Maung Bo, procedente de Myanmar; de Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, o de Mattero Zuppi, que en su día fue enviado por el Papa para mediar en la guerra de Ucrania.