Los 15 consejos del Papa Francisco para una buena vida

Los 15 consejos del Papa para una buena vida

«Espera siempre», «construye», «ama a las personas una por una», «sueña», «ten siempre el coraje de la verdad», «piensa que Jesús vive en ti»… son algunos de los consejos que recoge el nuevo libro del Papa, Buena vida

Redacción
15 consejos del Papa sobre Dios
El Papa saluda a una niña durante la audiencia del 10 de noviembre. Foto: CNS / Paul Haring.

«Eres una maravilla. Eres verdaderamente precioso, no eres significante, tú eres importante». Es uno de los mensajes del Papa Francisco que se recoge en Buena vida. Eres una maravilla, que este miércoles ha salido a la venta en Italia. La obra, editada por la Librería Editrice Vaticana, recopila textos del Santo Padre y pretende ser una ayuda para despertar a la vida, a cualquier edad.

«La memoria de Dios no es un disco duro que registra y archiva todos nuestros datos» y que le sirve para hacer «seguimiento de tus errores». Al contrario, es «un tierno corazón de compasión» que «te ayudará a aprender incluso de tus caídas». El contenido del libro se resume en 15 reglas para una buena vida, que Il Fatto Quotidiano adelanta.

1 – Piensa, donde Dios te ha sembrado, ¡espera! Siempre espera.

2 – Jesús nos dio una luz que brilla en las tinieblas: defiéndela, protégela. Esa luz única es la mayor riqueza confiada a tu vida.

3 – No te rindas a la noche. Recuerda que el primer enemigo que debe ser sometido no está fuera sino dentro de ti. Por lo tanto, no dejes espacio para pensamientos amargos y oscuros. Este mundo es el primer milagro que Dios hizo, y ha puesto en nuestras manos la gracia de nuevas maravillas. La fe y la esperanza van de la mano.

4 – Cultiva ideales. Vive por algo que supere al hombre. Y si algún día estos ideales te piden que pagues una factura considerable, nunca dejes de llevarlos en tu corazón. La fidelidad lo consigue todo.

5 – Cree en la existencia de las más altas y hermosas verdades. Confía en Dios Creador, en el Espíritu Santo que mueve todo hacia el bien, en el abrazo de Cristo que espera a todo hombre al final de su existencia. Cree, Él te está esperando. El mundo camina gracias a la mirada de tantos hombres que han abierto brechas, que han construido puentes, que han soñado y creído; incluso cuando a su alrededor oían palabras de burla.

6 – Nunca pienses que la lucha en la que estás aquí es inútil. Al final de la existencia, no nos espera el naufragio: en nosotros late una semilla de lo absoluto. Dios no defrauda. Si ha puesto esperanza en nuestro corazón, no quiere aplastarlo con constantes frustraciones. Todo nació para florecer en una eterna primavera. Nosotros también. Dios nos hizo florecer. Recuerdo el poema del gran poeta griego Nikos Kazantzakis titulado El almendro: «El roble le preguntó al almendro: / Háblame de Dios. / Y el almendro floreció».

7 – ¡Estés donde estés, construye! Si te has caído, ¡levántate! Nunca te quedes en el suelo, levántate, déjate ayudar a ponerte de pie. Si está sentado, ¡empieza a caminar! Si el aburrimiento te paraliza, ¡deséchalo con buenas obras! Si te sientes vacío o desmoralizado, pídele al Espíritu Santo que vuelva a llenar tu nada.

8 – Obra la paz entre los hombres. Y no escuches la voz de los que propagan el odio y las divisiones. No escuches estos rumores. Los seres humanos, por diferentes que sean unos de otros, fueron creados para vivir juntos. Al contrario, ten paciencia: un día descubrirás que todo el mundo es depositario de un fragmento de verdad.

9 – Ama a las personas. Ámalas una por una. Respeta el camino de todos, lineal o problemático, porque todos tienen su propia historia que contar. Cada uno de nosotros tiene una historia única e irremplazable. Cada niño que nace es la promesa de una vida que, una vez más, demuestra ser más fuerte que la muerte. Cada amor que surge es un poder transformador que anhela la felicidad.

10 – ¡Sobre todo, sueña! No tengas miedo de soñar. ¡Sueña! Sueña con un mundo que aún no se ve, pero que sin duda llegará. La fuerza de nuestra esperanza es creer en una creación que se extiende hasta su cumplimiento definitivo, cuando Dios será todo en todos. Hombres capaces de imaginación han dado a la humanidad descubrimientos científicos y tecnológicos. Han cruzado los océanos, han pisado tierras por las que nunca nadie había caminado. Los hombres y mujeres que han cultivado la esperanza son también los que han superado la esclavitud y han traído mejores condiciones de vida para todos. Piensa en estos hombres y mujeres.

11 – Sé responsable de este mundo y de la vida de cada hombre. Piensa que toda injusticia contra un pobre es una herida abierta y menoscaba tu propia dignidad. La vida no cesa con tu existencia, y en este mundo vendrán otras generaciones que sucederán a la nuestra, y muchas más. Todos los días pídele a Dios el don de la valentía. Recuerda que Jesús venció al miedo por nosotros. ¡Venció al miedo! Nuestro enemigo más traicionero no puede hacer nada contra la fe.

12 – Y cuando tengas miedo de algunas dificultades en la vida, recuerda que no vives por ti mismo. En el Bautismo tu vida ya ha estado inmersa en el misterio de la Trinidad y perteneces a Jesús. Y si un día te asustas, o piensas que el mal es demasiado grande para ser desafiado, simplemente piensa que Jesús vive en ti. Y es Él quien, a través de ti, con su mansedumbre quiere someter a todos los enemigos del hombre: el pecado, el odio, el crimen, la violencia.

13 – Ten siempre el coraje de la verdad. Pero recuerda: no eres superior a nadie. Recuerda esto: no eres superior a nadie. Si te quedaras como el último en creer en la verdad, no te alejes por ello de la compañía de los hombres. Incluso si vivieras en el silencio de una ermita, lleva en tu corazón los sufrimientos de cada criatura. Eres cristiano y en la oración le devuelves todo a Dios.

14 – Si te equivocas, levántate. Nada es más humano que cometer errores. Pero esos mismos errores no tienen por qué convertirse en una prisión para ti. No te quedes atrapado en tus errores. El Hijo de Dios no vino por los sanos, sino por los enfermos; por eso también vino por vosotros. Y si vuelve a cometer un error en el futuro, no te preocupes, ¡levántate! ¿Sabes por qué? Porque Dios es tu amigo.

15 – Si la amargura te golpea, cree firmemente en todas las personas que todavía trabajan para el bien. En su humildad está la semilla de un mundo nuevo. Asóciate con personas que han mantenido su corazón como el de un niño. Aprende del asombro, cultiva el asombro. Vive, ama, sueña, cree. Y, con la gracia de Dios, nunca desesperes.