Liberados tres de los siete religiosos secuestrados en Haití
La religiosa Anne Marie Dorcelus y dos de los cuatro religiosos haitianos capturados han recuperado la libertad en el último día de la huelga convocada por la Iglesia
Tres de los siete religiosos católicos secuestrados en Haití el 11 de abril fueron liberados, indicó este jueves a AFP el portavoz de la conferencia episcopal de este país caribeño, donde se vive una fuerte situación de inseguridad. «Los (dos) franceses no están libres. No hay laicos entre las personas liberadas», ha aclarado el padre Loudger Mazile. De ello, se deduca que entre los liberados está Anne Marie, de las Hermanitas del Niño Jesús. La identidad de los otros dos no se ha dado a conocer.
Un total de diez personas, entre ellas siete religiosos fueron secuestrados en Croix-des-Bouquets, cerca de la capital, Puerto Príncipe, cuando se dirigían a la toma de posesión de un sacerdote. En el grupo había cuatro sacerdotes y una monja haitianos, así como dos franceses: una monja y un sacerdote que lleva más de 30 años viviendo en Haití. También fueron capturados tres laicos, familiares de un sacerdote haitiano que no está entre los secuestrados. No está claro el paradero uno de ellos, una anciana. La prensa afirmó hace unos días que había sido puesta en libertad, pero la Iglesia no lo ha confirmado.
Los secuestradores exigían un rescate de un millón de dólares. La Policía sospecha que pertenecen a una banda armada activa en la zona, conocida como 400 Mawozo. El suceso, que conmocionó a la opinión pública más allá de las fronteras de la isla, provocó una profunda crisis política en el país, que en los últimos meses ha visto un repunte de los secuestros para pedir rescates en Puerto Príncipe y en las provincias.
La Iglesia, en huelga
La Iglesia católica convocó una huelga pocos días después del secuestro para denunciar la inacción de las autoridades y «la dictadura del secuestro» en el país, según el presidente de la Conferencia Episcopal de Haití, monseñor Launey Saturné. El 15 de abril se celebraron misas y se tocaron las campanas de las iglesias de todo el país al mediodía en señal de protesta y para exigir la liberación de los rehenes.
«Desde hace tiempo, asistimos al descenso a los infiernos de la sociedad haitiana», declaró el arzobispo de Puerto Príncipe, Max Leroy Mesidor, tras la tragedia. «Los poderes públicos que no hacen nada para resolver esta crisis no son inmunes a la sospecha. Denunciamos la complacencia y la complicidad vengan de donde vengan», añadió en un comunicado.
El presidente de Haití, Jovenel Moïse, anunció el 14 de abril la dimisión del Gobierno y el nombramiento de un nuevo primer ministro para hacer frente al grave problema de la inseguridad. El mandatario afronta una fuerte ola de descontento por parte de la oposición y gran parte de la población haitiana, que exigen su salida.