Letras que marcaron la historia del siglo XX - Alfa y Omega

Letras que marcaron la historia del siglo XX

La grafóloga italiana Lidia Fogarolo analiza en un libro la personalidad de nueve papas a través de sus documentos manuscritos

Carmen Álvarez Cuadrado
Documento manuscrito del cardenal Roncalli (Juan XXIII)
Documento manuscrito del cardenal Roncalli (Juan XXIII). Foto cedida por Lidia Fogarolo.

Si tan solo quedase una fotografía que resumiera el pontificado de san Juan Pablo II, sería la del Papa polaco siempre abrazando la cruz en sus últimos años de vida; un símbolo que transformó en amor y esperanza. Es la imagen que define su relación entre la vida material y espiritual, en la que parece decir: «A pesar de todo, aquí he encontrado mi fuerza: en Cristo encarnado». Un hombre que «nunca pudo distanciarse de su humanidad y al que, aun siendo emocionalmente sólido, no le asustaba la vida concreta». Pero estos rasgos de la personalidad del Pontífice no los ha extraído la grafóloga italiana Lidia Fogarolo exclusivamente observando dicho retrato, sino analizando sus documentos manuscritos: «Solo con la firma de Karol Wojtyla se ve cómo afloran las cualidades que hicieron de él un conquistador de masas. No hay poses o actitudes estudiadas. Solo la interioridad de un hombre que expresaba con espontaneidad lo que era».

Esta técnica de análisis de la escritura, la grafología, cuenta con varios elementos —presión, tamaño, inclinación o espacio— que, al profundizar en cada uno de ellos, pueden revelar detalles de la identidad y el carácter del individuo. Eso es, precisamente, lo que hace Fogarolo en su nuevo libro, titulado Scrivere nel(la) storia. Un estudio sobre los Papas del siglo XX a través de su grafía, desde León XIII hasta Juan Pablo II: «Fue un gran reto. Mi interés era centrarme en cómo la Iglesia pasó del poder temporal al espiritual». Los Pontífices de ese periodo histórico tuvieron que asumir la pérdida definitiva de su influencia política y transformarla en algo diferente, pero con la misma intensidad. «Basta pensar en León XIII, que murió en 1903. Centrémonos en su encíclica más famosa, Rerum novarum, en la que propuso un incisivo análisis de la cuestión obrera, demostrando su capacidad para afrontar los retos de la modernidad como líder espiritual. Su pretensión fue mostrar que la Iglesia no podía quedarse al margen del debate internacional y, a día de hoy, su respuesta sigue siendo de gran actualidad», explica la también psicóloga a Alfa y Omega.

Escrito del Papa Juan Pablo II
Escrito del Papa Juan Pablo II. Foto cedida por Lidia Fogarolo.

Los Papas del siglo XX se enfrentaron a etapas históricas de gran convulsión política, sobre todo, en Europa. Crecer, vivir y, además, gobernar dentro de un determinado contexto es algo que impacta de manera significativa en el temperamento, que se refleja en la forma en que interiorizaron los problemas de su tiempo y que se pueden analizar mediante la grafología: «Los Pontífices, como nosotros, son almas encarnadas. Sus personalidades son muy diferentes, pero todos comparten una característica, que es la firmeza de carácter». Fogarolo pone de ejemplo a Benedicto XV, que calificó la Primera Guerra Mundial de «matanza inútil». En aquel momento, los países europeos reivindicaban el valor del patriotismo y, por tanto, «impugnaban enérgicamente esta posición del Papa». Se trataba de una guerra entre naciones «de fe católica o, al menos, cristiana, y cada una estaba convencida de que tenía a Dios de su parte». Y, en esta difícil cuestión, es donde se puede ver «ese carácter firme» del Pontífice, que «mantuvo su postura pacifista hasta el final».

Tampoco fue fácil para algunos Papas lidiar con la diplomacia, como le ocurrió al entonces cardenal Roncalli, enviado a Francia por Pío XII para una misión muy delicada: «Era una figura fascinante, incluso para los políticos enemigos. Cuando se fue a París, al principio, no se sentía válido para hacer frente a esa tarea. Después, su fuerza espiritual lo llevó a demostrar lo contrario. Era capaz y estaba dispuesto a hablar con todos, creyentes y no creyentes, y realizar así no solo una unidad cristiana, sino humana». Una línea diplomática que consiguió incluir después en su pontificado, bajo el nombre de Juan XXIII; un hombre que cambiaría el rumbo de la Iglesia a través del Concilio Vaticano II.

Firma de Karol Wojtyla
Firma de Karol Wojtyla

Karol
La inicial está orientada en dimensión horizontal. Es algo original, propio de un hombre que necesitaba amplios espacios en los que situarse a sí mismo y a los demás.

Wojtyla
En el apellido son visibles esas elongaciones llenas de energía, que se extienden hacia la zona inferior y se estrechan de forma metódica, pero desigual. Se puede ver la sensibilidad, pero también la acción inmediata.

Aunque, sin duda, para la autora de esta obra, hubo un Papa para el que la silla de Pedro fue especialmente complicada: Pío XII. En sus escritos se demuestra «una enorme profundidad, además de cualidades temperamentales para resistir y actuar distintas a las de sus predecesores». A Pacelli le tocó hacer frente a Hitler, que ordenó invadir el Vaticano y deportar al Papa a Alemania: «Por eso, el Pontífice firmó una carta de renuncia para ser utilizada solo en caso de que se produjese ese destierro. Así, Hitler no tendría en sus manos a un Papa, sino a un sacerdote; a otro de los tantos que ya había eliminado».

Scrivere (nel)la storia
Autor:

Lidia Fogarolo

Editorial:

Graphe

Año de publicación:

2024

Páginas:

284

Precio:

15,90 €

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