León XIV llegará al Museo de Cera de Madrid gracias a un abarrotado buzón de sugerencias
Los visitantes del Museo de Cera pedían tanto una imagen del Papa que los artesanos la esculpieron en cuatro meses. Es la mitad de lo que se suele tardar
«Nuestro museo es un reflejo de la sociedad y, siempre que ha habido un cambio de Pontífice, hemos intentado adaptarnos a ello y presentarlo». Nos lo cuenta al otro lado del teléfono Cristina Placeres, responsable de comunicación del Museo de Cera de Madrid, a un día de que se inaugure una nueva figura de León XIV el próximo miércoles. A falta de ver cómo los artesanos han elaborado su rostro, la entidad ya ha compartido una primera imagen del Pontífice de espaldas para abrir boca y generar expectación presentándolo en su sito web como «el mayor influencer de la historia».

«El proceso de elaboración es completamente artesanal y, aunque las técnicas de modelaje distan mucho de las de 1972, cuando inauguramos el museo, hoy cada estatua nos lleva de media unos seis u ocho meses», detalla Placeres. Sin embargo, debido al interés y las constantes peticiones de los visitantes, quienes abarrotaron el buzón de sugerencias del Museo de Cera desde la elección de León XIV, «era tal la urgencia y lo repetían tanto» que los especialistas se apresuraron en replicar al Papa en la mitad del tiempo típico. Tardaron solo cuatro meses. «Para nosotros es importante reflejar un símil de la sociedad», matiza la responsable de comunicación. Para ello, representar al Pontífice del momento es imprescindible.
Cinco Papas codo con codo
La réplica de León XIV estará desplegada en cierta suerte de Capilla Sixtina en la que se escenifica un Cónclave junto al resto de Pontífices con los que cuenta el Museo: Juan XXIII, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. «Cada uno está representado con sus gestos típicos», añade Cristina Placeras. Podrá verse a todos juntos en el ala del museo dedicado a las religiones. Allí, en salas contiguas, se exponen también figuras de Gandhi o santa Teresa de Calcuta.

En el caso específico de León XIV, «hemos querido marcar su cercanía». Los técnicos lo han logrado a través de «un proceso muy minucioso y de calidad» con varios escultores. Pero también con pintores y otros especialistas que «han buscado que la figura no transmita solo el realismo sino la esencia del personaje». «Tiene detalles muy específicos», adelanta Placeres, como «esa media sonrisa que no le llega a ocupar toda la cara y que es muy característica suya». «Hemos escogido esa pose tan amable, que creemos que es la que mejor le identifica», considera.
Para dar con la talla sin medir hace falta ojo
Es también relevante que, a diferencia de otros personajes ilustres que llegan a visitar a priori el Museo de Cera de Madrid para ser medidos, en el caso de León XIV no fue así. «Ha sido todo un reto hacer esta figura con esa inmediatez». Así, para dar con sus dimensiones, «hemos tenido que analizar diferentes perfiles y vídeos». Como resultado, el tallaje «es real».
Finalmente, a un día de su gran revelación, Cristina Placeres reivindica que «con la elaboración de esta figura queremos reforzar nuestro compromiso con reflejar a personajes de trascendencia histórica y simbólica».