León XIV: no valorar a los maestros «hipoteca el propio futuro»

León XIV advierte: no valorar a los maestros supone «hipotecar el propio futuro»

En un encuentro con educadores dentro del Jubileo del Mundo Educativo, además de pedir valorar a los maestros, ha alertado frente a la «fragilidad interior generalizada» de alumnos y docentes y a la sobrecarga burocrática

María Martínez López
León XIV saluda a algunos participantes en el encuentro en el que ha pedido valorar a los maestros.
León XIV saluda a algunos participantes en el encuentro. Foto: Vatican Media.

El Papa León XIV ha advertido este viernes de que no valorar la «gran contribución de maestros y educadores» a la sociedad supone «hipotecar el propio futuro». El Santo Padre ha lanzado este aviso durante un encuentro con educadores en la plaza de San Pedro en el marco del Jubileo del Mundo Educativo.

La cita reúne en Roma, desde el lunes pasado, a más de 20.000 personas de 124 países. Tras agradecer su aportación, el Santo Padre ha prevenido de que no valorar a los maestros o «dañar el papel social y cultural de los formadores es hipotecar el propio futuro y una crisis en la transmisión del saber conlleva una crisis de esperanza».

En otro momento de su discurso, ha expresado su preocupación por la «fragilidad interior generalizada» de alumnos y educadores. Estos últimos, en concreto, a menudo se sienten «cansados y sobrecargados de tareas burocráticas».

La plaza de San Pedro estaba abarrotada de docentes.
La plaza de San Pedro estaba abarrotada de docentes. Foto: Vatican Media.

En este contexto, el Santo Padre se ha referido a la inteligencia artificial. Ha advertido de que esta «puede aislar aún más a estudiantes ya aislados, dándoles la ilusión de no necesitar a los demás o, peor aún, la sensación de no ser dignos de ellos». Y ha añadido: «Vivimos en un mundo dominado por pantallas y filtros tecnológicos, a menudo superficiales, en el que los estudiantes, para entrar en contacto con su propia interioridad, necesitan ayuda».

Maestros y discípulos, juntos

Frente a esta realidad, León XIV ha recordado cómo san John Henry Newman, que este sábado será proclamado doctor de la Iglesia universal y copatrono de la educación católica, afirmaba —y eligió como lema— que «el Corazón habla al corazón». También el padre espiritual del Pontífice, san Agustín, recomendaba: «No quieras derramarte fuera; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad».

En esta línea, el Pontífice ha apostado por una visión de la formación en la que «maestros y discípulos caminan juntos […] conscientes de no buscar en vano, pero, al mismo tiempo, sabiendo que deben seguir buscando incluso después de haber encontrado». En los centros, esto puede encarnarse en el proyecto educativo. «Solo este esfuerzo humilde y compartido puede acercar a alumnos y docentes a la verdad», ha asegurado. Otra forma de valorar a los maestros.

Sobre la relación entre unos y otros, el Papa también ha remarcado que «compartir el conocimiento no basta para enseñar, se necesita amor. Solo así el conocimiento será provechoso para quien lo recibe, en sí mismo y, sobre todo, por la caridad que comunica. La enseñanza nunca puede separarse del amor», ha concluido en la estela de Newman.

Relanzar el Pacto Educativo Global

En esta línea, el Pontífice ha insistido este viernes en que «retomará y actualizará» el proyecto del Pacto Educativo Global impulsado por su predecesor, el fallecido Papa Francisco. Lo lanzó en el año 2020 con el objetivo de unir esfuerzos para una transformación cultural profunda, integral y a largo plazo a través de la educación. Ya en la carta apostólica Diseñar nuevos mapas de esperanza, publicada el pasado martes, su sucesor profundizaba en esta intención.

El Papa durante su recorrido saludando a los presentes.
El Papa durante su recorrido saludando a los presentes. Foto: Vatican Media.

Este tiene siete pilares: «Poner a la persona en el centro; escuchar a los niños y a los jóvenes; promover la dignidad y la plena participación de la mujer; reconocer a la familia como primera educadora; estar abiertos a la acogida y a la inclusión; renovar la economía y la política al servicio de la humanidad; y cuidar la casa común».

A ellos, el Papa añadía «tres nuevos frentes»: formar para la vida interior y el diálogo con la conciencia y con Dios, uso sabio de las tecnologías y aprender a reconciliarse. Con ellos responde a «la inseguridad social», «la hiperdigitalización» y «la crisis de las relaciones».