Lee Miller - Alfa y Omega

Se encuentra en los cines Lee Miller, una historia real en la que Kate Winslet protagoniza a la modelo y fotoperiodista de Vogue Elizabeth (Lee) Miller, que se terminó convirtiendo en corresponsal durante la Segunda Guerra Mundial. En medio de aquel París de los años 30, en la capital cultural del mundo, la protagonista y sus amigas, como el resto de artistas, escritores, músicos y actores que allí se congregaban, nunca hubieran imaginado que, sin apenas verlo venir y casi de modo repentino, concurriría uno de los más fatídicos conflictos de la historia de la humanidad. La escena podría pasar casi inadvertida si no fuera porque se genera en el espectador un inquietante interrogante que se queda instalado en la mente durante toda la película: ¿estamos viviendo lo mismo y tampoco lo vemos venir? Claro que hay muchas diferencias. Por supuesto que no es comparable la situación geopolítica. Pero el creciente desprecio por los sistemas democráticos, incluso en aquellas naciones que han sido el adalid de los derechos y las libertades, proyecta un desconfiado horizonte. 

Dice Ana Palacio que la avalancha Trump no cesa y que no nos engañemos, que esto no es un sobresalto, porque la confluencia con otros intereses cruzados como los de China o Rusia puede significar una guerra cultural de aniquilación europea. Ante esta permanente provocación y consecuente riesgo, Europa debe reaccionar. No es el momento de discursos derrotistas. Es la oportunidad —eso sí, quizás de las últimas— de confiar en nuestras capacidades humanas e institucionales; de ser sabedores de que, a lo largo de la historia, hemos construido un espacio de valores, libertades y derechos al que, curiosamente, todo el mundo quiere llegar; es el momento de abanderar que no se pueden justificar las bravuconadas impulsivas, poniendo en riesgo el orden internacional. Es el momento de liderar una verdadera unión.