Las seis propuestas de Iglesia acabar con la deuda de los países pobres
La jornada ¿Deuda o desarrollo? Celebrada este martes en Sevilla reclama replantear los mecanismos de la deuda «para que no sean un instrumento de opresión»
La jornada ¿Deuda o desarrollo? ha puesto el foco en la necesidad de replantear los mecanismos de la deuda externa de muchos países empobrecidos para que no sean para ellos «un instrumento de opresión», como reconoce el manifiesto final. Organizada por el Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española, la Archidiócesis de Sevilla y la Universidad Loyola, la jornada ha lanzado en su documento conclusivo varias claves para lograrlo:
- Cancelación o reestructuración de la deuda para liberar a los países más vulnerables del sobreendeudamiento.
- Canjear la deuda por inversiones en salud, educación, seguridad alimentaria y medioambiente.
- Mayor regulación y transparencia en el endeudamiento internacional, que prevean crisis de deuda futuras, evitando condiciones perjudiciales para los países deudores y garantizando condiciones de vida digna de sus ciudadanos.
- Crear sistemas justos de financiación climática, que reconozcan la deuda ecológica de los países desarrollados con los países más vulnerables.
- Habilitar un marco multilateral inclusivo y equitativo, donde todas las partes involucradas en las crisis del endeudamiento soberano tengan voz y representación.
- Inaugurar una economía centrada en la persona humana, inspirada en la justicia y la solidaridad, que reconozca la dignidad de todo ser humano y promueva modelos económicos basados en el bien común, el respeto a la naturaleza y la equidad global.
En el evento, al que han asistido más de 250 personas y numerosos expertos nacionales e internacionales en la materia, se han puesto de manifiesto las dimensiones alarmantes del problema de la deuda: más de la mitad de los países menos desarrollados enfrentan un sobreendeudamiento que asciende a 9.000 millones de dólares, con una carga de deuda que ha aumentado un 50 % en la última década. Actualmente, 3.300 millones de personas viven en países que destinan más recursos al pago de intereses de la deuda que a garantizar derechos básicos como la salud o la educación, a lo que se añade la deuda ecológica, «que agrava las desigualdades y pone en riesgo el bienestar de las generaciones futuras y el cuidado de la casa común», indica el texto conclusivo.
En este sentido, en este encuentro se ha recordado que la tradición del Jubileo «nos llama a replantear los mecanismos de la deuda», para lo que es necesario «un cambio estructural que devuelva a la economía su función social originaria, para que todos puedan tener acceso a lo necesario para una vida digna». Asimismo, «la paz no puede existir sin justicia social, y la justicia social exige una transformación profunda de las estructuras económicas que perpetúan la pobreza y la desigualdad», concluye el texto.