Las salesas celebran la novena a san Francisco de Sales con la vista puesta en su año jubilar - Alfa y Omega

Las salesas celebran la novena a san Francisco de Sales con la vista puesta en su año jubilar

Las religiosas de la Orden de la Visitación están a punto de inaugurar un año jubilar con motivo de la llegada de la congregación a Madrid hace 275 años

Begoña Aragoneses
Fachada del primer monasterio de la orden de la Visitación en Madrid
Fachada del primer monasterio de la orden de la Visitación en Madrid. Foto: Luis García (Zaqarbal).

El primer monasterio de la Orden de la Visitación en Madrid (salesas), en la calle santa Engracia, organiza desde este 16 de enero la novena a san Francisco de Sales, fundador de la orden, que la Iglesia universal celebra el 24 de enero. Y lo hace a las puertas de un año jubilar con motivo de la llegada de la orden a Madrid, hace 275 años. Se inaugurará el 18 de febrero. En esa fecha se conmemora cuando, a instancias de la reina Bárbara de Braganza (esposa de Fernando VI), se trasladó a la villa una comunidad procedente de Francia para albergarse en un palacio mandado construir por la monarca. Tan excepcional era el edificio que la superiora venida del país vecino les dijo a los reyes: «Majestades, yo he venido a transmitir el carisma de san Francisco de Sales, no a destruirlo». Del edificio, el actual Tribunal Supremo, solo queda a día de hoy la parroquia Santa Bárbara.

La anécdota la cuenta la hermana María Mercedes, de la comunidad de Santa Engracia, en la que hay 24 religiosas y que alberga también el noviciado y la enfermería para las mayores. La novena que rezan estos días la ha escrito el salesiano Eugenio Alburquerque. La oración, subraya la hermana, es un resumen perfecto de quién fue san Francisco de Sales: «Pastor fiel y solícito que guio a su pueblo por el camino del amor, la dulzura y la mansedumbre», camino que hizo «para amigos y enemigos»…

«¿Has oído?», interpela la religiosa, que en otro momento de la oración pregunta: «¿Te das cuenta qué bonito va?». «Mi santo padre, que me tiene loquita», exclama. «Él sigue haciendo milagros, solo que falta la fe en los que piden», comenta al hablar de este hombre que vivió a caballo entre los siglos XVI y XVII y que fue un avanzado a su tiempo. «Habló de la vocación universal a la santidad y del papel de los laicos siglos antes del Concilio Vaticano II».

El carisma de un santo que atesoró «la humildad con Dios y la dulzura con los hombres», que «predicaba sobre todo con la vida, como buen discípulo de san Francisco de Asís», sigue vivo a día de hoy con la presencia de estas religiosas, ocultas para el mundo. «Somos una comunidad consagrada a Dios en la vida oculta» que «vivimos de lo que podemos». Entre otras cosas, de las publicaciones de la orden. En el monasterio «seguimos traduciendo a san Francisco y a santa Juana de Chantal [cofundadora de la orden], y las circulares del mundo». Asimismo, están recuperando las vidas de todas las hermanas que han vivido en Madrid en estos 275 años; incluidas las de las siete mártires de la persecución religiosa del siglo XX en Madrid que tiene la orden. «Aquí nos mantenemos, en la fe, atentas a renovar todo lo bueno de la orden y la memoria de nuestras antepasadas, a ver si las emulamos».

En este trabajo que llevan a cabo con las publicaciones siguen la estela de su fundador. Fue nombrado patrón de los periodistas, y de los medios de comunicación en general, por la difusión que hizo de la doctrina católica. Frente a las ideas calvinistas, el santo francés se dedicó a publicar hojas volantes en las que asentaba la doctrina católica, haciendo «copias y copias» que repartía por las casas introduciéndolas por debajo de la puerta. «Si no me pueden oír», pues las autoridades calvinistas prohibieron a las gentes acudir a sus predicaciones, «me pueden leer», decía.