Las radiografías del Papa certifican su mejora

El parte de este miércoles llega después de que, el martes, los médicos que se dedican por entero al cuidado del Papa Francisco no difundieran ninguna información oficial. No por secretismo sino por la ausencia de novedades. Hoy, a la luz del último boletín médico, la Oficina de Prensa de la Santa Sede confirma que «las condiciones clínicas del Santo Padre, en la complejidad de su cuadro general, se mantienen estables». Y añade un dato que hasta ahora no había revelado: «La radiografía del tórax que se hizo ayer confirma la mejora durante los últimos días».

Hoy al igual que ayer —pues la Oficina de Prensa de la Santa Sede está emitiendo comunicados todos los días— repite que «el Santo Padre continúa recibiendo oxigenoterapia de alto flujo por el día y ventilación mecánica no invasiva durante el reposo nocturno».

Los funcionarios vaticanos apuntan además que esta mañana, Francisco, «después de haber seguido los ejercicios espirituales conectado al Aula Pablo VI, ha recibido la Eucaristía, se ha dedicado a la oración y, sucesivamente, a la fisioterapia motora». Y, ya por la tarde, recibió «fisioterapia respiratoria».

En cuanto al rosario por su pronta recuperación que se reza todos los días a las 18 horas en el Aula Pablo VI en vez de la plaza de San Pedro, el de este jueves ha estado presidido por el cardenal indio George Jacob Koovakad. Fue creado cardenal en el último consistorio, el del 7 de diciembre de 2024, y era el encargado de organizar las visitas apostólicas del Papa Francisco hasta su nombramiento como prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, en febrero.

El pasado lunes se levantó el pronóstico reservado y fuentes vaticanas consultadas por Alfa y Omega confirmaron que Francisco ya no se encontraba en «peligro inminente», aunque sin ningún dato adicional sobre una posible fecha de alta. Todo lo que se sabe es que necesitará más días para su recuperación y que sucederá «en ambiente hospitalario». Una afirmación que llevó a algunas voces a afirmar que sería trasladado a una Casa Santa Marta medicalizada, algo que el Vaticano refutó tajantemente.