Las cartas de amor no existen. Más lástima que carcajadas - Alfa y Omega

Las cartas de amor no existen. Más lástima que carcajadas

Juan Orellana
Jonas (Grégory Montel) se refugia en el bar de Mathieu para escribir una carta de despedida a Léa. Foto: Diaphana Films .

Como les suele pasar a las películas de modesto presupuesto, Las cartas de amor no existen es principalmente una historia de personajes. Fundamentalmente dos. O tres. El protagonista, Jonas (Grégory Montel), es un hombre que se resiste a pasar página en su relación sentimental con Léa (Anaïs Demoustier). Mathieu (Grégory Gadebois) tiene un bar frente a la casa de Léa. Tras la ruptura definitiva de la pareja, Jonas abandona el domicilio de Léa y se refugia en el bar de Mathieu, desde donde decide escribir una romántica carta de despedida. Pasa tanto tiempo en el bar que Mathieu empieza a interesarse por Jonas y su carta, y entre ambos va surgiendo una curiosa relación de complicidad.

La película afronta una cuestión que le puede resultar muy familiar a cualquier espectador: la dificultad de aceptar una ruptura sentimental. O mejor dicho: lo fatigoso y duro que es asumir que te dejen plantado. El protagonista, a través de esa carta de despedida, busca mantener un hilo de comunicación con Léa, un cordón umbilical que no quiere cortar definitivamente. El dueño del bar, hombre observador y sensato, se da cuenta inmediatamente de ese callejón sin salida en el que se ha instalado Jonas, pero, a la vez, le fascina la calidad narrativa y literaria de la carta. Así pues, el filme combina la típica trama de comedia romántica de sabor francés, con una reflexión sobre la creación literaria al estilo de Woody Allen. De todas formas, a pesar de los numerosos gags cómicos que protagoniza el atolondrado personaje, no es el humor lo que define esta historia, que inspira más lástima que carcajadas. Una lástima que nace de comprobar, una vez más, la creciente inmadurez con la que en nuestra sociedad se viven las relaciones de pareja. Por ello, cada son más frecuentes las películas románticas protagonizadas por adolescentes de 30 o 40 años. En cualquier caso, Jonas acaba despertando ternura, tanto en Mathieu como en el espectador, y esa ternura nos permite atravesar una película, que sin ser inolvidable, resulta grata y suficientemente interesante.

Las cartas de amor no existen
Director:

Jérôme Bonnell

País:

Francia

Año:

2021

Género:

Romance

Público:

+12 años