La verdad, de Flotats, y sus dudas sobre si callarla o decirla - Alfa y Omega

Con un título como éste salta del inconsciente como si se tratase de la segunda parte de un refrán la gran pregunta de Pilatos… ¿Y qué es la verdad? No es obra de profundas disquisiciones y más bien un texto sencillo —casi una comedia ligera— con una interpretación de María Adánez y Josep María Flotats que pone a cualquiera de su parte. Desde esa sencillez, La verdad contiene pensamiento en su ADN, y una postura sobre el hombre y su felicidad que opta por la mediocridad.

Miguel y Laura. Silvia y Pablo. Dos matrimonios. Los maridos son, entre ellos, amigos íntimos. Miguel tiene una amante: la mujer de Pablo. La verdad esboza, en siete escenas, la forma en que viven los cuatro protagonistas sus infidelidades, su convivencia con el engaño y la aceptación pasiva de éste. Exquisitez en el lenguaje. Ausencia de vulgaridad. Hay enredo y humor. Y belleza escenográfica: mucha.

Josep María Flotats ha traído, por primera vez a la escena española de primera línea, esta obra contextualizada en el momento presente, escrita por el parisino Florian Zeller, uno de los jóvenes talentos literarios del momento. Zeller nació en 1979. Con sólo 22 años escribió su primera novela, y once después ha cosechado ya premios y reconocimientos de prestigio, ha publicado ocho novelas en total y siete obras de teatro. La verdad es la penúltima, y está acompañada de un subtítulo: de las ventajas de callarla a los inconvenientes de decirla.

En el texto hay también un drama latente, que asoma con timidez entre la comicidad de los personajes. Conviven con la traición y el engaño, pero aparece y desaparece en ellos el anhelo de amor verdadero, la necesidad profunda de ser querido y, aún más, de saberse amado. Es constante la tensión entre justificar el ocultamiento como forma de amor, arrepentimiento, vergüenza y consideración al ser amado —por un lado—, y la necesidad de verdad como el cemento de confianza que necesita una relación: —«Necesito que nos digamos toda la verdad…» —le dice Laura (Kira Miró) a Miguel (José María Flotats) en la última escena— «si no, no sé cómo vamos a vivir juntos» —reconoce.

En esa tensión, La verdad no hace una apuesta explícita por la llamada a la grandeza, y opta por el statu quo de la mezquindad, como la comedia clásica. El vestirse y desvestirse en las escenas se trenza con las conversaciones como una acción elocuente mientras los personajes comparten sus emociones, o las camuflan arropadas con palabras que las esconden. Aceptan y conviven con el engaño, a pesar de sus consecuencias: «La muerte empieza mucho antes de la muerte física», le dice Pablo (Aitor Mazo) a Miguel sobre los amigos, «reconoces su cara (…) pero por dentro ya no son la misma persona».

La escenografía es deliciosa, esencial, juega con los pares, los impares y las asimetrías magistralmente, y atiende a los detalles que marcan la diferencia. Hasta los cambios de escena están milimetrados entre las sombras, casi bailados al ritmo de una música que supura el arenoso sonido velvet de los vinilos.

Más que una obra sobre la mentira o sobre la verdad en abstracto, nos encontramos la descripción de dos parejas —en cuyas convicciones más profundas no cabe la fidelidad como posibilidad— que conviven desde el engaño anhelando una forma de vivir y amar que no es la que tienen, aparentemente cómodos en la traición al tiempo que agarrándose siempre a lo que experimentan como más auténtico y de verdad. «No lo entiendes», le susurra Silvia (María Adánez) a Miguel en un momento, «vivo con él y le quiero», confiesa.

Discutible para apasionados que buscan respuestas y propuestas sobre cómo vivir un ideal, y también para cansados de exhibiciones —aún magistrales— del hombre que decide permanecer en su caída y su fracaso. Perfecta para discutidores, para quienes quieran reír un rato, para los interesados en la vanguardia del teatro de éxito, y para amantes de la interpretación en carne viva: ésa capaz de hacernos vibrar hasta con el texto de una etiqueta de champú.

La verdad

★★★☆☆

Dirección:

C/ Alcalá, 10

Metro:

Sevilla